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Reflexiones sobre China. Memorias de E. Hoxha.3°. entrega.

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PUEDE CALIFICARSE LA REVOLUCION CHINA DE REVOLUCION PROLETARIA’? 1977.Diciembre.

En una carta que Chen Tu-sin dirigía el 7 de abril de 1922 a Voitinsky, delegado del Komintern en China, escribía que los comunistas chinos estaban en contra de la colaboración con el Kuomintang, porque sus objetivos eran diferentes. El Komintern se opuso a esta actitud y dió orientaciones al partido para que colaborase estrechamente con el Kuomintang .

En el Congreso de los pueblos de Oriente, el Komintern definió correctamente la línea de la colaboración entre el Kuomintang y el Partido Comunista de China, así como las tareas que le incumbían a éste en dicho período de la revolución china.El representante soviético sostuvo, igualmente, la idea de que debía apoyarse al Kuomintang, en tanto que un aliado que luchaba por la liberación nacional, pero al mismo tiempo remarcó que el Partido Comunista de China no debía apoyar a las organizaciones y a los sindicatos que estaban dirigidos por el Kuomintang, sino que, junto con las masas proletarias, debía asumir el papel dirigente y luchar por afirmar su influencia entre las masas y crear sus propias organizaciones. «Así, decía el, estimamos que, en esta cuestión, el Kuomintang no debe obstaculizar nuestro trabajo, por nuestro lado, colaboraremos sinceramente con él .Por lo tanto hablamos abiertamente.Nuestra tendencia es ésta, y, el papel preponderante corresponde al movimiento de los obreros chinos, que debe desarrollarse libremente, no obstante la existencia de la burguesía de tendencias radicales, con sus organizaciones y sus partidos democráticos….».

De esta forma este pequeño partido comunista fué apoyado políticamente y ayudado materialmente por el Komintern y la Rusia Soviética, que seguían con atención su actividad entre las masas, y sobre todo entre el proletariado urbano. En este sentido se realizaron rápidos progresos, sobre todo en el plano sindical, mientras que en el plano político los progresos llegaron más tarde, fueron más lentos y comienzan en el año 1925 con el Movimient del 30 de mayo. El Movimiento del 30 de mayo hizo que en el IV Congreso del Partido se alcanzara un nuevo éxito. La colaboración entre el Partido Comunista de China y el Kuomintang se reforzó y se hizo más estrecha, lo cual influyó directamente en la consolidación temporal de la unidad nacional que se había debilitado, por no decir que había desaparecido después del año 1911. Esta colaboración dió un nuevo y mayor impulso al Kuomintang, pero también el Partido Comunista de China llegó a su IV Congreso con fuerzas multiplicadas. En la VII Sesión Plenaria de la Comisión china del Comité Ejecutivo del Komintern, reunida el 30 de noviembre de 1926, Stalin dijo entre otras cosas que

«…toda la evolución de la revolución china, su carácter, sus perspectivas, señalan de modo indudable que los comunistas chinos deben permanecer en el Kuomintang e intensificar su trabajo en él…» Tomo 8 Obras de J.V Stalin.

La colaboración entre los dos partidos prosiguió hasta 1927.Entonces las cosas se complicaron y no hay por que asombrarse, toda vez que la reacción burguesa siempre es reacción. Chiang Kai-shek, la burguesía compradora y la gran burguesía china, que actuaban en el marco de esta «democracia» china, veían un peligro en el Partido Comunista de China, debido a la influencia que poco a poco y gradualmente se iban ganando entre la clase obrera y el campesinado. De esta forma se llegó a la ruptura, a la separación y a los enfrentamientos de Cantón en 1926 y de Shanghai en 1927, en el curso de los cuales fueron eliminados un gran número de proletarios y de comunistas. Esto significó un duro golpe para los sindicatos y para el Partido Comunista de China.

El PC de China no ha sabido definir una clara línea marxista-leninista, no sólo en lo que se refiere a su actitud hacia el Kuomintang sino tampoco en su actitud respecto a la clase obrera y al campesinado. En la revolución democratico-burguesa en China, el campesinado desempeño un papel decisivo , pero esto no significaba que el Partido Comunista de China debía considerarlo como la fuerza dirigente de la revolución .En las nuevas condiciones existentes, esta revolución debía ser dirigida por la clase obrera.

Los hombres del Kuomintang no eran elementos procedentes del campesinado, sino elementos progresistas procedentes de la burguesía urbana, eran en primer lugar intelectuales, a los cuales se habían juntado elementos burgueses reaccionarios, que se esforzarían por impedir que en China se implantaran las libertades democraticas. La burguesía de la nueva republica china se esforzaba por convertir al campesinado chino, al campesinado pobre, al campesinado medio y al campesinado rico, en un instrumento suyo, que además le sirviese de apoyo. Es innegable que el campesinado chino era una fuerza revolucionaria. También en la revolución democratico-burguesa francesa, esta clase había presentado los mismos rasgos. A pesar de que en algunos momentos de la revolución el campesinado francés fué sobre todo monárquico, en general se oponía al feudalismo y deseaba liberarse de los agobiantes impuestos no sólo en dinero, sino también en trabajo servil, que le imponían los feudales franceses, y sobre todo y ante todo, quería obtener tierra .

En China el campesinado era un elemento progresista y revolucionario; estaba contra la monarquía, estaba contra la opresión, contra los «señores de la guerra» y los señores de las provincias, y había que trabajar con él. Como ya hemos dicho, la burguesía, que había hecho la revolución en China, se esforzaba por utilizar al campesinado para alcanzar sus objetivos. En esta situación el Partido Comunista de China debía ponerse en acción, pero sin caer en las posiciones de la burguesía del Kuomintang, tanto de la «progresista», como de la reaccionaria. El PC de China debía tener una línea política independiente y esta debía basarse en las enseñanzas de Marx y Lenin.

En esta etapa, el partido comunista debía consolidar las posiciones que había conquistado a la monarquía, al feudalismo, a las fuerzas retrógradas. Teniendo presentes las diversas etapas. no debía olvidar las perspectivas de la revolución, no debía olvidar que era un partido marxista-leninista de la clase obrera , la punta de lanza de esta clase. En la época en que se fundó el PC de China, en este país existía un proletariado relativamente pequeño en comparación con la clase campesina. En todo caso existía un proletariado y el PARTIDO COMUNISTA de China constituído debía ser el partido del proletariado y considerar al campesinado como su principal aliado. Por eso el partido debía trabajar para convertir al campesinado en aliado de la clase obrera a fin de consolidar la republica democratico-burguesa progresista y pasar más tarde, cuando las condiciones hubieran madurado, a una etapa más avanzada, a la de la revolución socialista. En el plano teórico, no se ha tenido una clara visión de esta idea fundamental, de este principio revolucionario básico que sirve de guía, y, por consiguiente, en la práctica no era aplicado de forma debida y consecuente.

Después de la ruptura en 1927, entre el PC de China y el Kuomintang, la revolución china entró en una nueva etapa, conocida con el nombre de Segunda Guerra Civil Revolucionaria.

Las tareas del partido para esta etapa fueron fijadas en el Pleno extraordinario del Comité Central que se celebró el 7 de agosto de 1927. El pleno separó de la dirección del partido a Chen Tu-sin y sus seguidores y fijó como tarea principal para el partido la revolución agraria. Después del pleno se produjo un ascenso del movimiento revolucionario; el partido comenzó a crear sus propias fuerzas armadas. A su vez, el VI Congreso del partido tuvo lugar en 1928, dió orientaciones para desarrollar aún más la revolución y fijó como tarea principal la creación de bases revolucionarias y la formación del Ejercito Rojo.

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¿Puede calificarse la revolucion china de revolucion proletaria? Memorias de E. Hoxha.Reflexiones sobre China.Diciembre de 1977.

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La proclamación de la república y la llegada del Kuomintang al poder no significaban la desaparición de la gran burguesía compradora. En absoluto. Esta burguesía se mantuvo en el poder, y continuó manteniendo, preservando y desarrollando sus relaciones con los Estados imperialistas, especialmente con el imperialismo norteamericano, y provocando roces y fisuras que incluso condujeron a choques armados entre el Partido Comunista de China y el Kuomintang. El mismo suegro de Sun Yat-sen, que a su vez era el suegro de Chiang Kai-shek, y formaba parte del comité ejecutivo del Kuomintang, era uno de los más grandes burgueses compradores de China. Y como él había muchos otros.

Sun Yat-sen y el Kuomintang eligieron y aplicaron un camino de las reformas democratico-burguesas y, a pesar de tener relaciones amistosas con la Unión Soviética de Lenin, distaban mucho de seguir el camino leninista para transformar a China.En el informe que con fecha del 26 de enero de 1923, hizo el delegado de la Komintern, escribía que Sun-Yat-sen había dicho que el sistema de los Soviets no podía ser introducido en China, porque en este país no existía ninguna condición favorable para su aplicación. Sun Yat-sen no fué completamente capaz de elaborar un programa claro y preciso para el desarrollo de China.. Sus puntos de vista y sus tendencias sociales eran radicales de palabra , pero pálidas en su contenido. Las tendencias político-ideológicas de Sun Yat-sen, de Chiang Kai-shek y del Kuomintang en general, se inclinaban sobre todo y principalmente hacia puntos de vistas democráticos-burgueses de Europa Occidental, de Norteamerica y hacia los de otros países como Japón. Sun Yat-sen, según he podido leer, intentó más de una vez encontrar apoyo, no obstante ser este paso muy hasardeux…(arriesgado) y peligroso, ora en los clanes militares del interior, ora e las grandes potencias como los Estados Unidos de America y Japón. Recibió ayudas de ellos para levantar el régimen que se instauraba en China. Se sobreentiende que esta ayuda procedente de círculos democráticos norteamericanos no tenía en absoluto un carácter altruista. Los Estados Unidos de America, en tanto que potencia imperialista, buscaban clavar las garras y asentarse en el extremo Oriente, sobre todo en China.

Bien que S un Yar-sen siguió siendo un demócrata progresista con tendencias liberales, simpatizaba con la revolución de Octubre y la Unión Soviética. La república democrático-burguesa creada por él, estableció relaciones con la Unión Soviética y encontró en ella y en Lenin un poderoso apoyo para llevar hacia adelante la transformación social, política y militar que se emprendía en China.El testamento de Sun Yat-sen descubre sobradamente su ardiente deseo de ver llevada la revolución democratico-burguesa hasta las ultimas consecuencias, así como su confianza y simpatía hacia la Unión Soviética. Su testamento acaba con las siguiente palabras:

«Queridos camaradas, en el momento en que voy a abandonarles , deseo expresar una gran esperanza, la esperanza de que pronto rayará el alba y entonces la Unión Soviética, sus amigos y sus aliados aceptarán a su lado una China fuerte, desarrollada e independiente en la gran lucha por la emancipación de los ´pueblos del mundo. Nuestros dos países marcharán hombro a hombro hacia la victoria.Les dirijo mis saludos fraternales….».

En esta época, y más exactamente en 1921, cuando el Kuomintang era todopoderoso, cuando a su cabeza se encontraba Sun Yat-sen, cuando la republica china se desarrollaba y mantenía lazos de amitad con la Unión Soviética de Lenin, fué fundado el Partido Comunista de China.

El Partido Comunista de China nació y creció en el seno de la vieja sociedad y de la antigua civilización china, y en esa época, sus miembros eran producto de la educación intelectual y moral confuciana, democratico-liberal y en último lugar marxista-leninista..Pero tampoco se puede decir que más tarde los marxistas chinos rompiesen por completo con la civilización tradicional, la cual siguió influyendo sobre ellos tanto con su psicologia individual como con su psicologia nacional.

Tanto antes como después de la Revolución de Octubre, la propagación del marxismo en China tomó más bien el carácter de un movimiento de liberación nacional que de liberación social. Los primeros grupos marxistas se caracterizaban por la confusión ideológica y por las vacilaciones en su línea política. Chou Kiang, que hasta el año 1966 fué responsable de las cuestiones culturales bajo el régimen maoista, en un artículo fechado en el mes de setiembre de 1957, escribía : » Echemos una mirada restrospectiva, estábamos apasionados por todos los conocimientos nuevos que nos venían del extranjero y nos veíamos imposibilitados de distinguir entre el anarquismo y el socialismo, entre el individualismo y el colectivismo. Nietzsche, Kropotkine y Carlos Marx nos atraían a cual más. Después comprendimos que el marxismo-leninismo era la única y verdadera arma para liberar a la humanidad. Creíamos en un comunismo abstracto y nuestros actos siempre venían dictados por el deseo de dar muestras de heroísmo individual. No teníamos contactos estrechos con los obreros y los campesinos, nos aproximábamos muy poco a ellos. La revolución democrática era nuestro objetivo inmediato, mientras que la revolución socialista era un ideal lejano. Durante mucho tiempo hemos estado bajo la influencia del individualismo. Soñábamos como Ibsen y acariciábamos su divisa…»En la vida, el hombre más fuerte es el más solitario…»

Se debía poner freno a todos estos puntos de vista ideológicos y políticos, en el sentido de que se debían depurar las filas del partido y disminuir la influencia de los elementos que eran demóicratas, pero que no eran marxistas, que no seguían los pricipios fundamentales del marxismo-leninismo . Con esto quiero decir que se debía limpiar el terreno para que se formara un auténtico partido comunista, que siguiera y aplicara de manera creadora, la teoría del marxismo-leninismo en las condiciones de China, entendiendo por ello que la aplicara más profunda y claramente de acuerdo con las ideas que guiaron la Gran Revolución Socialista de Octubre, las ideas de Marx y de Lenin.

En este sentido el Komintern aportó su contribución y fué él quien ayudó a la formación de nuevos cuadros más radicales, más clarividentes, que fueron surgiendo unos tras otros después del Movimiento del 4 de Mayo de 1919, desde Li Li-san hasta Mao Tse-tung. En la aplicación de la vía soviética, Mao Tse-tung era mucho más progresista que sus predecesores, mucho más revolucionario, más consecuente que Sun Yat.sen e incluso lo era más que sus camaradas más viejos como Chen Tu-sin, Li Ta-chao y otros. Sin embargo, en las concepciones de estos nuevos cuadros siguió conservandose un acentuado sentimiento del nacionalismo chino y de la Independencia de este «Gran Estado», así como una profunda influencia de las viejas ideas filosóficas de Con fucio, Mencio, etc. Esto impidió que los camaradas chinos, que se iban formando en el curso de la lucha y de los esfuerzos, considerasen el marxismo-leninismo como una auténtica brújula que les guiara por el bosque muy oscuro de la revolución democratico-burguesda china, y que elaborasen una línea política marxista-leninista con objetivos claros que les dirigiese sin vacilación a lo largo de todas las etapas de la revolución china. Ahora bien, desde el ´principio hasta hoy, esto no solo no se hizo como era debido, sino que únicamente se conservaron algunas fórmulas y consignas marxistas, mientras que en el fondo el Partido Comunista de China no era un verdadero partido del proletariado, un partido de la revolución, capaz de dirigir la revolución democrática y transformarla en revolución proletaria. De hecho, en su seno se desarrollaron una serie de desviaciones y teorías anarquistas. Toda la evolución de China, desde la formación del partido, desde la fundación de la republica democratico-burguesa de Sun Yat-sen hasta hoy, testimonia una trayectoria caótica.El recien formado Partido Comunista de China debía seguir el camino de fortalecerse organizativamente e ideológicamente, de trabajar por elevar su personalidad y paso a paso ir creando las alianzas con las clases y las fuerzas revolucionarias; debia luchar por consolidar las posiciones de la democracia burguesa que estaban en la primera etapa de su edificación, es decir, por asegurar las libertades democráticas populares, por acrecentar la influencia del pueblo y, en primer lugar, del proletariado por todas partes, en el pais, en el poder y en el ejército; debía ocupar posiciones dirigentes en los sindicatos que se formaron en el seno del Kuomintang y desarrollar la propaganda de manera consecuente, para consolidar sus posiciones en la clase obrera y convertirla en la clase hegemónica de la revolución.Al mismo tiempo debía extender su influencia al campo chino, porque aquí vivía la mayor parte de la población de este país que puede ser llamado continente, y proceder de forma más consecuente a la hora de llevar a cabo la reforma agraria y promover el despertar político y cultural del campo .

Eran Lenin y el Komintern, la Revolución de Octubre y la experiencia de la Unión Soviética, que habian abierto este camino al Partido Comunista de China.

Lenin escribió una serie de artículos sobre China. El artículo titulado «La democracia y el populismo en China», publicado el 15 de julio de 1912, es interesante al respecto. En él, Lenin analiza la situación existente en China, analiza la revolución de 1911.Lenin reconocía el carácter progresista de las ideas de Sun Yat-sen, con todas las limitaciones doctrinarias. La revolución democratico-burguesa dirigida por el Kuomintang tenía para Lenin un interés particular, porque dicha revolución combatía la opresión ejercida por los estados occidentales e impedía el desmenbramiuento y la desintegración nacional que amenazaba a China. Reconocía el importante papel que le estaba reservado al campesinado, pero preguntándose en todo momento sobre su valor revolucionario ante la ausencia del proletariado en China. Pero en la «Pravda» del 8 de noviembre de 1912, Lenin escribía entre otras cosas, acerca del campesinado:

«Un futuro próximo nos demostrará si los campesinos, no dirigidos por el partido del proletariado, son capaces de mantener sus posiciones democráticas contra los liberales, quienes lo único que aguardan es un momento propicio para virar a la derecha..» Tomo 18 V.I. Lenin.

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Lenin estaba completamente convencido de que en China se formaría el proletariado y remarcaba:

«Por último, en la medida en que aumente en China el número de Shanghais, crecerá también su proletariado.Este formará, probablemente, un partido obrero social-democrata chino que a la vez que haga la crítica de la utopía pequeño-burguesa y las concepciones reaccionarias de Sun Yat-sen, se preocupará sin duda de destacar, mantener y ampliar el núcleo democrático-revolucionario de su programa político y agrario…» V.I. Lenin Tomo 18.Ed. Albanesa. Pag. 178 y pag.445.

Bastan estos dos artículos para demostrar con que claridad definía Lenin las tareas que tenía que resolver el Partido Comunista de China.

En el II (Segundo) Congreso del Komintern que se celebró del 19 de julio al 7 de agosto de 1920, fueron aprobadas, de conformidad con las enseñanzas de Lenin, las tesis sobre la cuestión nacional y colonial, buen número de las que concernían también a China

¿Puede calificarse la revolucion china de revolución proletaria?Lunes 26 de diciembre de 1977.Memorias de Enver Hoxha.Reflexiones sobre China.

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Como es lógico , para dar una respuesta precisa a un problema tan importante se necesita, por un lado, disponer de un tiempo relativamente largo y de una documentación abundante y exacta sobre el desarrollo de la situación en China, que es muy complicada , al menos desde la época de Sun Yat-sen y del Kuomintang hasta el momento actual.Por otro lado, hace falta conocer el desarrollo de la revolución en su conjunto y de la revolución democrático-burguesa clásica, la revolución francesa, así como el desarrollo de las revoluciones democratico-burguesas en los otros países.

No pretendo conocer la revolución democrático-burguesa francesa en toda su amplitud y profundidad, sin embargo la conozco mejor que otras revoluciones.La he estudiado no sólo en los textos escolares, sino también en las obras de autores importantes, como Michelet, Mathiez, Jaurés, etc. Conocemos asimismo las apreciaciones de los clásicos del marxismo-leninismo sobre la revolución francesa.

Marx, en su libro «El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte», cuando habla de la revolución francesa, la califica de revolución de los años 1789-1814. Pero al mismo tiempo remarca que la FASE ASCENDENTE de esta revolución prosigue hasta 1794.

El escribe:

«En la PRIMERA REVOLUCION FRANCESA, a la denominación de los CONSTITUCIONALES le sigue la dominación de los girondinos, y a la dominación de los girondinos, la de los jacobinos. Cada uno de estos partidos se apoya en el que se halla delante. Tan pronto como ha impulsado la revolución lo suficiente para poder seguirla, y mucho menos para poder encabezarla, es desplazado y enviado a la guillotina por el aliado más intrepido, que está detrás de él. La revolución se mueve de este modo en su sentido ascencional»…». Marx y Engels O.E. T.1

Después del derrocamiento de los jacobinos, la revolución «DECLINA»y comienza el período de la contrarrevolución, a pesar de que la burguesía sigue conservando el poder que ha conquistado. Además, conocemos a fondo los procesos del desarrollo de la revolución proletaria, su teoría y su práctica, porque la hemos estudiado detalladamente en las obras de nuestros clásicos, Marx, Emgels, Lenin y Stalin. Hemos estudiado el desarrollo y el triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre en la Unión Soviética, de la revolución proletaria en nuestro país y en los países llamados socialistas, que actualmente, al igual que la Unión Soviética, se han convertido en países capitalistas.

Si digo todo esto es que, para hacer un estudio exacto, correcto y profundo de este problema que nos interesa en la actualidad, es decir, para definir el carácter de la revolución china y las diversas etapas por las cuales ha atravesado, se precisa estar dotado de conocimientos, sobre todo se necesita conocer los momentos claves, decisivos, las ideas, la lucha de las fracciones, las diferentes etapas, las fuerzas motrices, que , tomadas en conjunto, definen una revolución, y sólo después de haber juzgado y analizado la cuestión en su conjunto de manera científica a través del prisma del marxismo-leninismo, se puede llegar a una conclusión justa.. Sin embargo, también con los conocimientos incompletos que tenemos de China, conocimientos que no están ni coordinados ni clasificados debidamente, y a través de confrontaciones y paralelismos, aunque no sean tal vez siempre exactos, podemos dar una opinión sobre la revolución que ha tenido lugar allí, revolución que hasta ahora ha sido llamada «socialista» , «proletaria», pero que de hecho no parece haberlo sido.

En base a mis reflexiones, sobre todo despúes de lo que ha sucedido y sucede en China, y sin pretender, naturalmente que ellas constituyan un estudio profundo, opino que en China no se ha hecho una revolución proletaria, tal como es denominada justamente la Gran Revolución Socialista de Octubre. Con ello no planteo la cuestión de que debían quemar las etapas de la revolución burguesa y pasar directamente a la revolución socialista.

En China, Sun Yat-sen logró, con su justa lucha en la dirección del Kuomintang y gracias a múltiples combates y esfuerzos, aunque no concluyó su obra, derrocar la monarquía, instaurar la república y formar un gobierno democrático en Cantón, pero sin conseguir, sin embargo unificar a China. Dicha república china era una república «democratico burguesa», que aún no había adquirido todos los rasgos y carácterísticas de una democracia burguesa avanzada, no obstante caminar en esta dirección. Al igual que cualquier revolución democrático-burguesa, la encabezaba Sun Yat.sen y el Kuomintang, a mi entender, desarrolló una serie de reformas político-económicas que dieron un resultado, por así decirlo, beneficioso y que tenían por objetivo la unificación de China. En aquél tiempo, ésta sufría una doble dominación , la de la monarquía absoluta y de los «señores de la guerra» que reinaban en las provincias, hundidos en el caos, con sus administraciones autónomas y sus «ejércitos» casi privados, y la de una serie de Estados imperialistas. Estos Estados se habían implantado en China con sus concesiones, se habían repartido casi todo el litoral oriental de este gran país, habían creado sus colonias y sus factorias, por medio de las cuales explotaban el sudor y chupaban la sangre del pueblo chino en beneficio de las metrópolis inglesas, norteamericanas, francesas, alemanas, etc, e intrigaban y hacían uso de su influencia para sembrar la división y el caos.

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Primera entrega…20 de junio 2024.

El Golpe Fascista en Indonesia.Enseñanzas.Memorias de E. Hoxha.Publicación de «Zëri i popullit». 11 de mayo 1966.

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El valor de las «libertades democráticas» en un Estado burgués y el modo de aprovecharlas

La burguesía y, junto a ella, los revisionistas modernos, hablan y hacen cálculos sobre las llamadas libertades democráticas. En efecto, en cada Estado burgués denominado democrático, existen algunas «libertades» democráticas relativas. Decimos relativas, porque no rebasan jamás el límite de la concepción burguesa de la «libertad» y de la «democracia», porque llegan precisamente hasta el punto de no perjudicar los intereses vitales de la burguesía en el poder.

Naturalmente, la clase obrera y los hombres progresistas aprovechan estas condiciones para organizarse, para difundir sus concepciones y su ideología, y preparar el derrocamiento de las clases explotadoras y la toma del poder.

Después de la segunda Guerra Mundial, en muchos países capitalistas de Europa, como resultado de la victoria sobre el fascismo y del papel desempeñado por los partidos comunistas en la lucha anti-fascista, estos partidos llegaron incluso a participar en el gobierno (por ejemplo en Francia, Italia, en Finlandia, etc.), y hasta tener un gran número de diputados en el parlamento, importantes cargos en el aparato del Estado, e inclusive en el ejército, etc.

Asimismo, en diferentes períodos durante estos últimos 15 años, se crearon condiciones favorables para el partido de la clase obrera y las fuerzas progresistas en algunos paises del Medio Oriente, como Irán e Irak, y de America Latina, como Guatemala, Brasil, Ecuador, Venezuela y otros. En Indonesia se creó una situación bastante favorable. El Partido Comunista de Indonesia creció con rapidez, formaba parte del gobierno y ejercía una gran influencia en la política interior y exterior del país, etc.

Pero, también en las condiciones de las «libertades democráticas», se desarrolla una aguda lucha de clases, una lucha a vida o muerte, entre la revolución y la reacción, entre el proletariado y la burguesía.Si el proletariado y su partido se esfuerzan por consolidar sus posiciones, por una parte, la reacción y la burguesía no duermen. Por el contrario, valiéndose del aparato estatal burgués, de la policía y las fuerzas armadas, practicando la corrupción y la subversión, alimentando el oportunismo y las ilusiones reformistas y pacifistas en el seno de la clase obrera, etc, se preparan seriamente para consolidar sus posiciones y desbaratar a las fuerzas revolucionarias.

El desarrollo de los acontecimientos tras la Segunda Guerra Mundial muestra que, en el marco de las «libertades democráticas», la burguesía ha actuado enérgicamente y en diferentes formas para liquidar el movimiento revolucionario de la clase obrera.

Después que la burguesía y la reacción lograron consolidar sus posiciones, expulsaron a los comunistas del gobierno, de los puestos importantes en el aparato del Estado y del ejercito, como sucedió en Italia, Francia y Filandia. En Inglaterra, Austria y otros países, ni siquiera se toleró su presencia comunista en el parlamento, mientras que en Grecia fueron encarcelados y combatidos por la fuerza de las armas.

Cuando la burguesía y la reacción constatan que su poder está amenazado por la fuerza y el prestigio crecientes del partido comunista y del movimiento revolucionario de las masas, juegan su última carta: ponen en acción a las fuerzas armadas, organizan progrom para aplastar y liquidar al movimiento revolucionario y a los partidos comunistas, como sucedió en Iran e Irak, recientemente con los trágicos acontecimientos de Indonesia. En tales casos la reacción y la burguesía de un país dado han aprovechado directamente también la ayuda de la reacción internacional.Incluso el apoyo de sus fuerzas armadas, como ha ocurrido en la Republica Dominicana y en otros lugares.

¡¿Que conclusiones se pueden sacar de esta experiencia histórica?!

Primero, que las llamadas «libertades burguesas» y «libertad democrática» en los paises capitalistas no son como para permitir a los partidos comunistas y a los grupos revolucionarios alcanzar sus objetivos. De ningun modo. La burguesía y la reacción toleran la actividad de los revolucionarios mientras no constituya un peligro para el poder de clase de la burguesía. Cuando este poder está en peligro, o cuando la reacción encuentra el momento propicio, sofoca las libertades democráticas, recurre a todos los medios, sin ningún escrúpulo moral ni político, para destruir a las fuerzas revolucionarias. En todos los países en que se ha permitido a los partidos comunistas militar abiertamente, la burguesía y la reacción aprovechan esa situación para conocer toda la actividad, las personas, los métodos de trabajo y de lucha de los partidos marxistas-leninistas y de los revolucionarios.Por eso, los comunistas y sus partidos auténticamente marxistas-leninistas cometerían un error fatal si tuvieran confianza en las «libertades» burguesas que les proporciona la coyuntura, si lo hicieran todo abiertamente y no guardaran el secreto de sus organizaciones y de sus planes. Los comunistas deben aprovechar las condiciones del trabajo legal, incluso para desarrollar un amplio trabajo propagandístico y organizativo, pero, al mismo tiempo, deben estar pr eparados para el trabajo clandestino.

Segundo, las ilusiones oportunistas sobre la «via pacífica» para la toma del poder son un bluf y representan un gran peligro para el movimiento revolucionario. En apariencia, el Partido Comunista de Indonesia parecía tener el terreno más favorable para alcanzar su objetivo siguiendo esta vía. No obstante, los comunistas indonesios habían declarado más de una vez que no se forjaban ilusiones sobre la vía «pacífica». En su saludo al congreso del Partido Comunista de Nueva Zelandia, la delegación del comité central del PC de Indonesia confirmaba que «los acontecimientos de Indonesia han demostrado una vez más que no existe ninguna clase dominante…ni fuerza reaccionaria que permita a las fuerzas revolucionarias conquistar la victoria por la «vía pacífica». Los comunistas extraen de los trágicos acontecimientos de Indonesia la enseñanza de que no es suficiente desechar las ilusiones oportunistas sobre la «vía pacífica» y reconocer que la única vía para la toma del poder es la vía revolucionaria de la lucha armada. El partido del proletariado, los marxistas-leninistas y todo revolucionario deben tomar medidas efectivas para preparar la revolución, comenzando por la educación de los comunistas y de las masas en el espíritu militante revolucionario y llegando hasta su preparación concreta para hacer frente a la violencia contrarrevolucionaria de la reacción con la lucha armada revolucionaria de las masas populares.

Tercero, independientemente de las condiciones y de las posiciones favorables que puede disfrutar en un determinado momento, el partido de la clase obrera no debe relajar un sólo instante la vigilancia revolucionaria, sobreestimar sus fuerzas y las de sus aliados y subestimar las fuerzas del adversario, de la burguesía y la reacción. El Partido Comunista Indonesio gozaba de una gran influencia en el país, pero parece que sobreestimó en particular la fuerza política de Sukarno y del sector de la burguesía que le apoyaba, y tuvo demasiada confianza en esta fuerza. Al mismo tiempo, parece que subestimó la fuerza de la reacción, en particular de la reacción del ejército. Al parecer los camaradas indonesios pensaban que el que tenía a Sukarno de su parte, tenía la llave de Indonesia, sin analizar debidamente en qué consistía la fuerza de Sukarno y hasta qué punto esta fuerza era real, particularmente entre el pueblo.Los recientes acontecimientos de Indonesia demostraron claramente que el prestigio y la autoridad de Sukarno no se apoyaban en una base social, económica y política sólida.Los generales reaccionarios lograron neutralizar a Sukarno, e incluso, mientras les convenía, le explotaron para sus fines contrarrevolucionarios.

Cuarto, el partido marxista-leninista y todos los autenticos revolucionarios deben seguir consecuente y resueltamente una línea revolucionaria y luchar audazmente contra el oportunismo y su más sórdida manifestación, el revisionismo moderno, tanto el jruschovista como el titista. Los oportunistas y los revisionistas modernos han hecho de la lucha por las «libertades» burguesas su bandera y han renunciado a la revolución, preconizan la «vía pacífica» como la única vía para la toma del poder.Precisamente la línea oportunista y revisionista, la influencia de los revisionistas jruschovistas, etc, han transformado a numerosos partidos comunistas que en el pasado constituían una gran fuerza revolucionaria, en partidos de las reformas sociales, en apéndices y furgones de cola de la burguesía reaccionaria. Esto sucedió con los partidos de Italia, Francia, de Finlandia, de Inglaterra, de Austria y otros.La aplicación de la línea oportunista del XX Congreso de los jruschovistas condujo a la catástrofe y a la liquidación al Partido Comunista de Irak, al antiguo Partido Comunista del Brasil, al Partido Comunista de Argelia, etc.El PC de Indonesia se opone al revisionismo moderno.Los ultimos acontecimientos de Indonesia y el papel de zapa de los revisionistas jruschovistas jugaron allí, demuestran que el verdadero partido revolucionasrio, fiel al marxismo-leninismo, decidido a llevar audazmente adelante la revolución, debe mantener una actitud bien definida frente al oportunismo, al revisionismo jruschovista y titista.No basta solidarizarse con la lucha de los marxistas-leninistas contra los revisionistas, es preciso también que el partido luche de manera intransigente y abierta contra la traición revisionista, porque únicamente así pueden los comunistas educarse en un espíritu revolucionario y puede ser preservado el partido de todo peligro de revisionismo.Sin combatir resuelta y consecuentemente contra el oportunismo y el revisionismo jruschovista, no se puede combatir al imperialismo, no se puede combatir a la reacción, no se puede impulsar la causa de la revolución y el socialismo.

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A 50 años de los trágicos acontecimientos de Chile.Publicación de «zëri i Popullit». En Memorias de Enver Hoxha. 2 de octubre 1973.

Lenin , al criticar el «cretinismo parlamentario» de los representantes de la II Internacional, que transformaron sus partidos en partidos electorales, ha demostrado claramente a donde conduce el parlamentarismo en lo ideológico, en lo político y en lo práctico. Lenin subrayaba:

«Este (el Estado burgués) NO PUEDE sustituirse por el Estado proletario (por la dictadura del proletariado) mediante la «extinción», sino sólo, como regla general, mediante la revolución violenta «.

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Puntualizaba que

» la necesidad de educar sistemáticamente a las masas en ésta, precisamente en esta idea de la revolución violenta, constituye la base de toda la doctrina de Marx y Engels».

Aferrándose al «camino parlamentario», los revisionistas modernos no hacen sino seguir ciegamente el camino de Kautsky y sus seguidores.Pero cuanto más avanzan por este camino, tanto más se desenmascaran y tanto mayores son sus derrotas..Toda la historia del movimiento comunista y obrero internacional ha demostrado que la revolución violenta, la destrucción de la máquina estatal de la burguesía y el establecimiento de la dictadura del proletariado constituyen la ley general de la revolución proletaria.

«El desarrollo progresivo, es decir, el desarrollo hacia el comunismo–señalaba Lenin–pasa por la dictadura del proletariado, y sólo puede ser así, ya que no hay otra fuerza ni otro camino para romper la resistencia de los explotadores capitalistas…»

Los trágicos acontecimientos de Chile. Enseñanzas a 50 años.Publicamos un artículo de «Zëri i Popullit»Memorias de E. Hoxha. 2 de octubre de 1973.

La historia ha demostrado y los acontecimientos de Chile–donde todavía no se trataba de socialismo, sino de un régimen democrático–, pusieron nuevamente de manifiesto que la instauración del socialismo a través del camino parlamentario es completamente imposible. En primer lugar debe decirse que hasta hoy la burguesía nunca ha permitido que los comunistas obtengan la mayoría en el parlamento y formen su propio gobierno. Incluso en algún caso especial en que los comunistas y sus aliados han podido lograr un equilibrio a su favor en el parlamento y participar en el gobierno, esto no ha conducido a la transformación del carácter burgués ni del parlamento ni del gobierno, y la actividad de aquellos jamás ha llegado al punto de posibilitar la destrucción de la vieja maquina estatal y la creación de otra nueva.

Mientras la burguesía tiene en sus manos el aparato burocrático-administrativo, el obtener una «mayoría parlamentaria» que cambie los destinos del país, es no solo improbable,sino además imposible. Los instrumentos fundamentales de la maquina estatal de la burguesía son el poder político y económico y las fuerzas armadas. Mientras estas fuerzas se mantengan intactas, es decir mientras no sean suprimidas y creadas en su lugar otras nuevas, mientras se conserve el viejo aparato de la policía, de los servicios secretos de información, etc, no hay ninguna garantía de que un parlamento o un gobierno democrático pueda tener larga vida. No sólo el caso de Chile, sino tantos y tantos otros, han demostrado que son precisamente las fuerzas armadas comandadas por la burguesía quienes han llevado a cabo los golpes de Estado contrarrevolucionarios.

Los revisionistas jruschovistas han tergiversado deliberadamente y han creado una enorme confusión en torno a las tesis tan claras y precisas de Lenin sobre la participación de los comunistas en el parlamento burgués y sobre la toma del poder de las manos de la burguesía. Es sabido que Lenin no rechazaba la participación de los comunistas, en determinados casos, en el parlamento burgués. Pero , al mismo tiempo , Lenin advertía que , al luchar por la utilización del parlamento en interés de la clase obrera, hay que precaverse contra la creación de ilusiones parlamentarias y contra la falsedad del parlamentarismo burgués.

«El partido revolucionario del proletariado–decía Lenin–necesita participar en el parlamentarismo burgués a fin de abrir los ojos a las masas por medio de las elecciones y la lucha del partido en el parlamento Pero limitar la lucha de clases a la lucha parlamentaria, considerar ésta como la forma suprema y decisiva de lucha, a la que deben supeditarse todas las demás, significa de hecho pasarse al campo de la burguesía contra el proletariado».