Memorias de E. Hoxha. Sobre los Jruschovistas y el ambiente entorno a la Conferencia de Moscú de 1957 y posterior.

Pero Jruschov tenía precisamente necesidad de la declaración, de una declaración donde se confirmase la «unidad» y se estampase a su pie el mayor número de firmas,Las discusiones llegaron a su fin . Tito decidió no acudir a Moscú.La indignación de Jruschov estalló, los términos se «endurecieron», las sonrisas y lisonjas hacia el «camarada» y el «marxista» Tito cedieron por un momento el lugar al epíteto «oportunista», y se dijo que «él nada tiene que ver con el leninismo», etc, etc.

Pero incluso estos «términos duros» dirigidos al cabecilla de Belgrado, Jruschov sólo los utilizaba en los pasillos y en encuentros casuales,ya que en el transcurso de la Conferencia no dijo una sóla palabra en contra del «camarada» Tito. Más aún, cuando era el momento de hablar «contra» los revisionistas y todos aquellos que se pronunciaban contra la Unión Soviética , mencionó dos cadáveres arrojados al basurero…: Nagy y Gilas.

Todavía abrigaba esperanzas de que Tito podía llegar a Moscú para confirmar la «Unidad de los trece», como le había prometido poco antes en Bucarest. ¡Pero Tito inesperadamente se puso «enfermo» «!.

—–¡Una enfermedad diplomática !—dijo indignado Jruschov, y nos preguntó a nosotros y a los demás como había que proceder en una situación en que los yugoslaos no aceptaban ya no sólo suscribir la declaración, sino tampoco participar en la primera Conferencia, en la de los partidos comunistas de los países socialistas.

—-Nosotros hace tiempo, que hemos expresado nuestra opinióm sobre ellos—les dijimos—, y cada día se confirma que teníamos razón y tenemos razón. Nosotros no nos vamos a retirar porque los yugoslavos no quieran venir.-

—-Así pensamos también nosotros—nos dijo Suslov. Y la Conferencia se celebró sin tener el trece, que no hacía falta en la mesa.

Pero si los revisionistas yugoslavos no acudieron a la primera Conferencia, la de los partidos de los países socialistas, no dejaban de estar presentes en sus labores. Estaban representados por sus hermanos ideológicos como Gomulka y compañia.Estos se pusieron abiertamente a favor de las tesis de Tito y exigieron que Jruschov y los demás dieran pasos en dirección a una disgregación y una confusión mayores.

—-Nosotros no estamos de acuerdo con la denominación de «campo socialista con la Unión Soviética a la cabeza»—declaró Gomulka—.También en la práctica hemos abandonado esta fórmula, para demostrar que no somos dependientes de la Unión Soviética como en la época de Stalin.

Por su parte, los dirigentes soviéticos jugaron- una diabólica maniobra en torno a este problema. Para demostrar supuestamente su espíritu de principios en las relaciones con los otros partidos hermanos, hicieron la «propuesta» de suprimir la fórmula «con la Unión Soviética a la cabeza», ya que supuestamente todos éramos «iguales». Pero esta proposición la hacian entre dientes y sólo para tomar el pulso a los demás, pués en esencia estaban no simplemente por la fórmula «bajo la presidencia de la Unión Soviética». es decir «bajo la dependencia de la Unión Soviética». A esto tendían y por esto luchaba , y el tiempo confirmó sobradamente los objetivos de los jruschovistas.

Cuando Gomulka hizo su propuesta en la Conferencia, los representantes soviéticos montaron en cólera y , sin ser ellos mismos los primeros en salir a escena, azuzaron a los demás a lanzarse contra , sobre Gomulka.

Un largo debate estalló en torno a este problema.Por nuestra parte , aunque cada día cristalizaba más en nosotros la idea de que la dirección de la Unión Soviética se iba desviando del camino del socialismo, continuábamos defendiendo la tesis «con la Unión Soviética a la cabeza» por razones de principio y tácticas. Sabíamos perfectamente que Gomulka y sus sostenedores , al pronunciarse contra esta fórmula, buscaban de hecho echar por tierra de manera abierta y sin vacilar todo lo que había de bueno y valioso en la experiencia de decenas de años de la Unión Soviética dirigida por Lenin y Stalin, echar por tierra la experiencia de la Revolución de Octubre y de la edificación socialista de la Unión Soviética del tiempo de Stalin, negar el papel que le correspondía jugar a la Unión Soviética por el triunfo y al avance del socialismo en muchos países.

De esta manera los revisionistas Gomulka, Togliatti y otros, unían su voz al rabioso ataque que habían desatado en aquellos años el imperialismo y la reacción contra la Unión Soviética y el movimiento comunista internacional.

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Memorias de E. Hoxha.Sobre los Jruschovistas.Retirada temporal con fines de revancha. Los soviéticos exigen la «unidad». La conferencia de Moscú de 1957.Las negociaciones de Jruschov para llevar a Tito a la Conferencia. La «cólera» momentábea de Jruschov. Debate sobre la fórmula : «Con la Unión Spvietica a la cabeza». Gomulka : «No dependemos de la Unión Soviética » . Mao Tse tung : » nuestro campo debe tener una cabeza, porque también la serpiente tiene una cabeza «. Togliatti : «abrazamos nuevas vías», «estamos en contra de un centro dirigente», » no queremos emplear la tesis de Lenin «un partido de nuevo tipo». Sofismas de Mao : «marxistas» al 80, 70 y 10 por ciento. La declaración de Moscú y la reacción de los yugoslavos.Jruschov enmascara su traición bajo el nombre de Lenin.

Los jruschovistas, que iban restaurando el capitalismo en la Unión Soviética, pretendían convertir a éste en una gran potencia social-imperialista, a la cual debian armar cuanto más, ya que la tempestad que habían levantado no sólo iba a destruir la unidad del campo socialista, sino también a exacerbar las contradicciones con el imperialismo norteamericano. Los jruschovistas sabían que los Estados Unidos de América eran una potencia que superaba a la Unión Soviética tanto en la economia como en el armamento.

La política demagógica de los jruschovistas sobre la «nueva época de paz», sobre el «desarme», era una política para los gogos (del francés, ingénuos). Los Estados Unidos de América y el capitalismo mundial se aprovechaban para profundizar la crisis del comunismo, evitar la rápida aparición de la crisis económica y política que amenazaba a la propia Norteamerica, consolidar sus mercados y sus alianzas, y de un modo particular la OTAN.Los jruschovistas, por su parte, luchaban por afianzar el Tratado de Varsovia y convertirlo en una sólida cadena soviética destinada a nuestros países.Ellos consiguieron converir el establecimiento de las tropas soviéticas bajo la máscara de la «defensa contra la OTAN», en una ocupación militar de muchos países del Tratado de Varsovia.

Es cierto que la amenaza imperialista había sido y sigue siendo un hecho , más, con la llegada de los jruschovistas al poder, nuestros países eran considerados como campo de batalla frente a las fronteras soviéticas y nuestros pueblos como carne de cañón de los revisionistas soviéticos.Todo, ejército, economia, cultura, etc,trataron de ponerlo bajo su control y dirección.Todos los partidos de los paises socialistas cayeron en esta celada jruschovista, a excepción del Partido del Trabajo de Albania.

Pero, inevitablemente, también entre los que siguieron y se sometieron a la línea de Jruschov surgirían fricciones, desacuerdos, querellas, que tendrían su origen en los designios de una política carente de principios.La burguesía y la reacción internacional atizaban estos desacuerdos para profundizar las brechas en el seno del «bloque comunista».

Jruschov y sus compinches veían este proceso y por eso recurrían a todos los medios y maneras para limitarlo y aislarlo.

Para conseguir sus objetivos estratégicos,los jruschovistas necesitaban de la «amistad» de todos, particularmente de los partidos y los países del campo socialista, por ello empleaban diversas tácticas a fin de «consolidar los lazos», allanar los desacuerdos y someter a los demás a su propia dirección.

Su método de actuación para poner en obra sus objetivos consistía en organizar reuniones, encuentros, casi siempre en Moscú, para convertir esta capital, si no DE JURE por lo menos DE FACTO, en centro del comunismo internacional, y tener así siempre la ventaja de poder trabajar y tener bajo control a uno o a otro por medio de contactos directos como a través de sus aparatos de escucha. Era patente que a los jruschovistas no les iban las cosas sobre ruedas.La Unión Soviética tenía discrepancias de todo tipo con Albania, China, y también con los demás países de democracia popular.La vía de la «libertad» y de la «democracia», proclamada a bombo y platillos en el XX Congreso, se convertía ahora para la propia dirección soviética en un boomerang.Sus filas habían comenzado a disgregarse.Pero los jruschovistas necesitaban a cualquier precio conservar, al menos en apariencia, la «unidad» político-ideológica del campo del socialismo y del movimiento comunista internacional. En este sentido y por este objetivo fue organizada la Conferencia de Moscú de 1957.

Jruschov y consortes hicieron febriles esfuerzos no sólo para que en esta conferencia participase la Liga de los Comunistas de Yugoslavia como «partido de un país socialista», sino posiblemente para que Tito se pusiera de acuerdo con aquél en cuanto a la plataforma, el desarrollo y las conclusiones de la Conferencia.De este modo, la «unidad» soñada y buscada impacientemente por los jruschovistas aparecería más completa que nunca.Pero Tito no era de los que se metían fácilmente en el redil de Jruschov. Se intercambiaron muchas cartas y se organizaron varios encuentros bilaterales entre la gente de Jruschov y de Tito en vísperas de la Conferencia, pero apenas parecía que se llegaba a una buena comprensión, todo se desmoronaba y el abismo entre ellos se hacía más profundo. Cada una de las partes pretendia explotar la Conferencia para sus propios fines: Jruschov para declarar la «unidad», aunque fuese con dolorosas concesiones, a fin de satisfacer y de ganarse a Tito; éste para impulsar a los demás a renunciar abierta y definitivamente al marxismo-leninismo , a la lucha contra el revisionismo moderno, a toda posición de principios. Viajaron a Belgrado Ponomariov y Andropov, montaron sus trapicheos con los representantes de Tito, se mostraron dispuestos a retirarse de muchas de sus anteriores psiciones, aparentemente de principios, pero Tito desde lejos ordenaba:

—–Iremos a la Conferencia a condición de que no se publique ninguna declaración, pues en caso contrario se pone tenso el clima internacional y se indignan los imperialistas, que luego pueden tacharnos de «amenaza comunista».

Nosotros, los yugoslavos no podemos aceptar ningún tipo de declaración, porque nuestros aliados occidentales van a creer que nos unimos con el campo socialista y en consecuencia pueden cortar las estrechas relaciones que tienen con Yugoslavia.

——Iremos a la Conferencia a condición que allí no se emplee en absoluto los términos oportunismo y revisionismo, pués eso sería un ataque directo contra nosotros.

—–Iremos a la Conferencia a condición de que no se fustigue la política de las potencias imperialistas, pués ello no obraría en beneficio de la política de distensión, etc, etc.

En pocas palabras, Tito quería que los comunistas del mundo entero se reuniesen en Moscú para tomar el té y narrar historietas.

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Los Jruschovistas : Memorias de Enver Hoxha.8.Mi primera y Ultima visita a China.

Nuestras relaciones con el PCCH y la PCH hasta 1956. Invitaciones de China, Corea y Mongolia. Un suceso extraño en Corea: ¿dos miembros del Buró Político huyen a ….China! Ponomariov defiende a los fugitivos. Mikoyan y Ping Te-jua «templan» las cuerdas de Kim Il-Sung. Encuentro con Mao Tse-tung : «…ni los yugoslavos ni ustedes han cometido errores» , » es Stalin que ha cometido errores » , «los errores son útiles…». Li Li-san en el VIII Congreso del PCCH : «les invito a que me ayuden, porque puedo cometer nuevos errores…». Desilusión e inquietud trás el VIII Congreso del PCCH. Entrevistas en Pekin con Dej, Yugov, Chou En-lai y otros. Bodnaras se entremete para reconciliarnos con Tito.

Las relaciones que han existido entre nuestro Partido y el Partido Comunista de China desde 1949 hasta 1956, incluso durante algunos años después, podrían merecer muy bien el calificativo de «normales», teniendo en cuenta el sentido en que más o menos se utiliza este término en el leguaje de la diplomacia. De todos modos, por nuestra parte, desde los años de la Lucha de Liberación Nacional y sobre todo desde la liberación de nuestra Patria, habíamos seguido con simpatía la justa lucha del hermanos pueblo chino contra los agresores fascistas japoneses, la reacción changkaishista y la intervención norteamericana, y la habíamos respaldado y apoyado con todas nuestras fuerzas. Con mayor razón, nos sentíamos gozosos de saber que a la cabeza de esta lucha, como se decía,estaba un partido comunista reconocido por el Komintern, y gozaba del apoyo del Partido Comunista de la Unión Soviética dirigido por Stalin .

Sabíamos asimismo que a la cabeza del Partido Comunista de China estaba Mao Tse-tung, del cual, al igual que del partido que dirigía, no teníamos otros datos que los que nos proporcionaban los camaradas soviéticos. Durante este período, como después de 1949, no habíamos tenido la ocasión de leer ninguna de las obras o trabajos de Mao Tse-tung, del cual se decía que era también filósofo y había escrito toda una serie de obras. Saludamos con alegría y de todo corazón la victoria del 1° de Octubre de 1949 y fuimos uno de los primeros países en reconocer el nuevo Estado chino , y trabar con él relaciones fraternales.Aunque ahora las posibilidades y los caminos para llegar a lazos y contactos más estrechos entre nuestros dos países, se habian acrecentado, estos lazos no se mantuvieron más que al nivel de intercambios amistosos, culturales y comerciales, se limitaron al envío de alguna delegación de segunda fila, al apoyo mutuo, por medio de discursos o declaraciones públicas según el caso, al intercambio de telegramas con ocasión de fiestas o aniversarios y apenas otra cosa.

Seguíamos apoyando con todas nuestras fuerzas los esfuerzos del pueblo chino y de su dirección por la edificación socialista del país, más no sabíamos en concreto en que medida y cómo se realizaba este gran proceso.Se decía que Mao aplicaba una línea «interesante» para construir el socialismo en China, colaborando con la burguesía local y con otros partidos llamados «democraticos», » de los industriales», etc; que el Partido Comunista permitía y fomentaba las empresas mixtas con el capital privado y el estatal, que estimulaba y remuneraba a los elementos de las clases ricas, llevandolos incluso a puestos de dirección en las empresas y en las provincias, etc,, etc.Todo esto para nosotros era incomprensible y, por más que lo pensásemos, no encontrabamos ningun argumento para considerarlo conforme al marxismo-leninismo . Como quiera que sea, opinábamos, China es un gran país poblado por cientos de millones de personas, que acaba de salir de un obscuro pasado feudo-burgués, tiene muchas preocupaciones y dificultades y, con el tiempo , incluso las cosas que no van bien se encauzará por el justo camino del marxismo-leninismo.

Esto era más o menos lo que sabíamos del Partido Comunista de China y del Estado chino hasta 1956, cuando el Comité Central de nuestro partido recibió la invitación de Mao Tse-tung de enviar una delegación de partido a participar en los trabajos del VIII Congreso del PC de China.(Este Congreso se desarrolló entre el 16 y el 27 de septiembre de 1956.) .Recibimos con satisfacción y alegría esta invitación, pues ibamos a tener la ocasión de conocer directamente y más de cerca a este partido y este país socialista hermanos. En el mismo período nos habían llegado también invitaciones de la Republica Popular de Mongolia y de la Republica Popular de Corea para enviar en visita amistosa a estos países delegaciones gubernamentales y del partido de alto nivel.

Examinamos las invitaciones de nuestros amigos en el Buró Político y decidimos que, aprovechando su viaje a China con ocasión del VIII Congreso del PC de China, nuestra delegación de alto nivel pasaría también por Mongolia y Corea.

El Buró Político designó conmigo como miembros de nuestra delegación a Mehmet Shehu y Ramiz Alia, así como a Behar Shtylla, entonces Ministro de Asuntos Exteriores.

Nos preparamos a este efecto y partimos hacia finales del mes de agosto de 1956.

Era el tiempo cuando el revisionismo moderno, impulsado por el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, no sólo se había difundido en la Unión Soviética y en los otros países de democracia popular, sino que también estaba sacando a luz sus inmundicias orgánicas, la división, las riñas, los complots, la contrarrevolución. En Polonia la olla hervía desde hacía tiempo, sacaba como producto preparado al tristemente célebre Gomulka; en Hungría la negra reacción se había desencadenado con más fuerza que nunca y preparaba febrilmente la contrarrevolución.En esos días Tito estaba como invitado pasando las «vacaciones» en Crimea y de concierto con Jruschov, Rancovich y otros estaban pelando a Gerö. Es notorio que los revisionistas de los diversos países rivalizaban vilmente en la puesta en práctica del Jruschovismo.En Europa, a excepción de nuestro Partido y de nuestro país, el terremoto revisionista sacudía todo desde sus cimientos.

Los trés o cuatro días que duró nuestra visita a Mongolia pasaron sin darnos cuenta. Viajábamos durante horas antes de llegar a un centro habitado y en todas partes el mismo paisaje: raso, desolado, monótono, aburrido . Tsedenbal, que andaba alrededor nuestro, agitado y redondete como una pelota, sólo tocaba un tema, la ganadería.

Tantos millones de ganado, tantas yeguas, tantos caballos, tantos camellos, era la única riqueza, la unica rama en que se asentaba este país socialista. Probamos la leche de yégua, nos deseamos mutuos éxitos y nos despedimos.

El 7 de septiembre llegamos a Pyongyang.Fuimos bien recibidos por una gran multitud al son de gongs, con flores y retratos de Kim Il Sung a cada paso.Hacia falta mirar buen rato para poder encontrar en algun rincon perdido algún retrato de Lenin.

Visitamos Pyongyang y algunas otras ciudades y pueblos con Corea donde, tanto el pueblo, como los dirigentes del partido y del Estado, nos recibieron calurosamente.Durante nuestra estancia, Kim Il Sung se mostró atento y obsequioso con nosotros. El pueblo Coreano acababa de salir de una sangrienta guerra contra los agresores norteamericanos y ya había pasado al ataque para reconstruir y desarrollar al país.Era un pueblo trabajador, limpio y de talento, sediento de desarrollo y de progreso, y nosotros le deseamos de todo corazón éxitos contínuos en el camino del socialismo.

Pero la avispa revisionista había comenzado a clavar también su aguijón envenenado.

Kim Il Sung, en las conversaciones oficiales que desarrollamos, nos habló de un acontecimiento que les había ocurrido en el pleno del Comité Central de su partido reunido después del XX Congreso.

—-Después del informe que allí presenté–nos dijo Kim—, dos miembros de nuestro Buró Político y algunos miembros del Comité Central tomaron la palabra para decir que las enseñanzas del XX Congreso y la cuestión del culto a la personalidad entre nosotros en Corea, no habían sido valoradas debidamente, que no se llevaba a cabo la lucha consecuente contra el culto a la personalidad, etc. «Nosotros—dijeron ante el pleno—no hemos alcanzado resultados políticos y económicos según la plataforma del XX Congreso y en torno a nuestro Comité Central se ha juntado gente incapaz..».

—En una palabra—continuó Kim Il Sung—estaba atacando la línea de nuestra dirección, su unidad.Todo el Comité Central—concluyó—se levantó contra ellos.

—Y ¿que actitud han adoptado a este respecto–le pregunté.

—-El pleno les criticó y eso es todo—me respondió Kim Il Sung—, y añadió:—Inmediatamente después de esto los dos huyeron a China.

¡¿ A China?! ¿Y que hacen allá?

Nuestro Comité Central los ha calificado de elementos antipartido y hemos escrito a la dirección China pidiendo su extradicción a toda costa. Aparte de otros errores, han cometido el grave acto de su huída.Pero los camaradas chinos no nos los han entregado. Así, hoy todavía están allí.

Le hicimos saber abiertamente a Kim Il Sung que, «aunque no estamos al corriente de las cuestiones que han expuesto estos dos miembros del Buró Político y no nos corresponde entrar en sus asuntos, dado que nos han planteado este problema, podemos decirles que se trata de un hecho grave…».

—También en nuestro pais–le dijimos—después del XX Congreso del partido soviético, elementos antipartido han intentado organizar un complot contra nuestro partido y su Comité Central.Este complot era obra organizada de los revisionistas de Belgrado, y, apenas nos dimos cuenta, lo hemos desbaratado.

Le hablamos más adelante de la Conferencia del Partido de Tirana de abril de 1956, de las presiones que nos hicieron y de la actitud resuelta y firme de nuestro partido hacia todos los enemigos del exterior y del interior.

—¡Correcto, correcto!–decía Kim Il Sung, mientras yo le hablaba.Por su tono y su actitud he creído adivinar en él una cierta perplejidad e indecisión que lo atormentaban.

No me había equivocado en mis sospechas.Algunos días después, en el curso de un encuentro que tuve en China con Ponomariov, miembro de la delegación soviética al VIII Congreso del PC de China, entre otros problemas le saqué a colación el referente a los fugitivos coreanos.

—-Sabemos todo esto–me respondió—y hemos dado a Kim Il Sung los consejos pertinentes.

—-¿Consejos? ¿Y por qué?–le pregunté. Camarada Enver–me dijo–, los coreanos no marchan por buen camino.Han levantado mucho la cresta y deben bajarla.

—No me he referido a sus asuntos en general, pués tampoco los conozco–le dije a Ponomariov—, sino a un problema concreto.Dos miembros del Buró Político se levantan contra el Comité Central de su Partido y luego huyen a otro país socialista. ¡¿En que es culpable aquí Kim Il Sung?!

—Los camaradas coreanos se han equivocado–insistió Ponomariov–. No han tomado medidas ateniendose a la línea del XX Congreso y de aquí que los dos miembros del Buró Político se le hayan opuesto.También los camaradas chinos se han indignado ante esta situación y le han dicho a Kim Il Sung que si no toma medidas para remediar este estado de cosas no les van a entregar los dos camaradas refugiados en China.

—¡Extraño!–le dije.

—No hay que extrañarse–replicó–, el mismo Kim Il Sung está dando marcha atrás .Estos últimos días se ha realizado un pleno del Comité Central del Partido de Corea y los coreanos han aceptado rectificar sus errores.

Y en verdad así ocurrió.Los dos fugitivos volvieron a Corea y ocuparon los puestos que anteriormente ocupaban en el Buró Político.Kim Il Sung, habiéndosele apretado las clavijas, bajó no sólo la cresta, sino también sentó cabeza.

Los Jruschovistas.Memorias de E. Hoxha.Descripción del DRAMA húngaro en los años 50.y los «demonios» fuera de control…

El club Petöfi se convirtió en centro de la reacción. Este era supuestamente un club cultural de la Unión de la Juventud, pero de hecho actuaba en las mismas narices del partido húngaro, como nido donde los intelectuales reaccionarios no sólo chachareaban contra el socialismo y la dictadura del proletariado, sino también se preparaban y se organizaban, hasta que llegaron a presentar con arrogancia y bajo formas de ultimátum sus exigencias al partido y al gobierno.En un principio, mientras Rakosi estuvo a la cabeza, se intentó tomar algunas medidas: fue golpeado el club Petöfi mediante una resolución del Comité Central, fueron expulsados un par de escritores del partido, pero se trataba más bien de pinchazos que de medidas radicales. El nido de la contrarrevolución continuaba existiendo y, poco tiempo después, también aquellos que habían sido golpeados fueron casi todos rehabilitados.

Imre Nagy, derrocado, vivía como un bajá en su casa, que había convertido de un lugar de recepciones para sus adeptos.. Entre éstos había funcionarios del Comité Central del Partido de los Trabajadores Húngaros. Los dirigentes húngaros iban y venían aturdidos de Moscú, mientras que sus compañeros del Comité Central, en vez de tomar medidas contra el elemento reaccionario que se levantaba, iban de visita a casa de Imre Nagy a felicitarle su cumpleaños. Los cortesanos de Rakosi se convirtieron en cortesanos de Nagy y prepararon a este último el terreno para tomar el Poder.

La decisión de derrocar a Rakosi fue tomada en Moscú y en Belgrado. Aquel cedió, no habiendo podido resistir a las presiones de los jruschovistas y los titistas, así como a las intrigas de los agentes de éstos en la dirección húngara . Rakosi fué obligado a presentar su dimisión supuestamente «por razones de salud» (¿padecía hipertonía!), y a la vez reconocía sus «faltas en la violación de las leyes».Inicialmente se habló de los méritos del «camarada Matyas Rakosi» ( de esta forma lo «enterraban» con honores), luego se habló de sus errores y al final fue calificado de «banda criminal de Rakosi». Suslov, que precisamente en aquellos momentos se fué a Hungría de vacaciones (!), jugó un importante papel en los manejos que se llevaron a cabo entre bastidores previamente a la destitución de Rakosi.

Por lo que se vió, Rakosi era la última piedra que impedía que la carroza revisionista fuera al galope. Cierto es que, al contrario de lo que querían los soviéticos y yugoslavos revisionistas , no fue Kadar sino Gerö , elegido primer secretario, pero también este último tenía sus días contados- A su vez Kadar, que había sido encarcelado y hacia poco le habían rehabilitado, fue elegido inicialmente al Buro Político y , como hombre de Jruschov y de Tito, era de hecho el «primer violin».

Después del pleno de julio de 1956 (en el que Gerö reemplazó a Rakosi y Kadar entró a formar parte del Buró ), la reacción cobró ímpetu, la autoridad del partido y del gobierno casi no existía. Los elementos contrarrevolucionarios exigían insistentemente la rehabilitación de Nagy y la destitución de aquellos pocos dirigentes sanos que había en la dirección. Gerö, Hegedus y otros corrian de ciudad en ciudad y de fábrica en fábrica para calmar los ánimos , prometiendo «democracia», «legalidad socialista», aumentos salariales. Se comprende que todo esto no se hacía en un justo camino marxista-leninista, sino bajo la presión de la potente ola de la pequeña burguesía y la reacción.

La destitución de Rakosi de la dirección del partido húngaro fué considerada por nosotros como un error que perjudicaba y debilitaba considerablemente la situación en Hungría, y esta opinión se la expresamos a los dirigentes soviéticos, en diciembre, cuando viajamos a Moscú. Los propios acontecimientos vendrían a confirmar toda la razón que existía de nuestra parte.

Comenzó el «feliz» período de la liberalización, el período de los excarcelamientos y de la exhumación de los que la dictadura del proletariado había condenado con justa razón.

El traidor Rajk y sus compañeros fueron inhumados de nuevo tras una ceremonia pomposa en la que participaron miles de personas encabezadas por los dirigentes húngaros, ceremonia que finalizó con el himno de la internacional. Así el traidor Rajk pasó a ser el «camarada Rajk» y un héroe nacional de Hungría, casi el mismo nivel que Kossuth.

Después de dirigir una carta formal al Comité Central, Nagy fue admitido de nuevo en el Partido, en donde esperaba seguro la evolución de los acontecimientos que lo llevarían al Poder.

Y estos acontecimientos no tardaron en producirse. Después de Rajk salieron a escena muchos otros, condenados anteriormente, oficiales y curas, presos políticos y ladrones, a los que se les venía a dar una satisfacción moral y material. La viuda de Rajk recibió una recompensa, por la traición de su esposo. de 200.000 forint, y los periódicos de Budapest daban la noticia sobre la generosidad de la «señora Rajk», que había donado esta suma a los colegios populares.Aquellos que los tribunales habían condenado, fueron declarados victimas de Rakosi, de Gabor Peter y de Mijal Farkas , que en aquellos días había sido detenido.Los altos funcionarios se disculpaban ante la reacción por sus «crímenes» . «¿Pero qué íbamos a hacer–decia el ministro de Justicia—si fue el mismo camarada Rajk que admitió las acusaciones formuladas contra él ?».

Bajo las presiones de Jruschov, Hegedus, cuando todavía estaba en el puesto de primer ministro, declaraba :»Lamentamos profundamente que nuestro partido y nuestro gobierno hayan calumniado a los yugoslavos»,y Gerö, por su parte, en su primer discurso después de su elección a la cabeza del partido, dijo : «nuestro Partido debe todavía saldar sus deudas con la Liga de los Comunistas y los dirigentes de Yugoslavia, condenar las calumnias que hemos propagado a costa de la Republica Federativa Yugoslava ..»

Gerö, que era uno de los más viejos dirigentes del partido, en todos esos acontecimientos, se mostró un oportunista y un cobarde, que daba repéntinos bandazos y gesticulaba como una marioneta cuyos hilos manejaban los verdaderos actores de la tragedia húngara. Cuando Tito se encontraba de «vacaciones» en Crimea, Gerö acudió a visitarle al chalet de Jruschov y los tres, acompañados de sus respectivos séquitos, «se pasearon a orillas del mar, conversaron y se hicieron fotografiar «.Una fotografía «histórica» si se escribiera la historia de las intrigas y tejemanejes a costa de los pueblos.Allá, en el chalet de Jruschov en Yalta, se llevó a cabo la primera reconciliación, y unos días después, Gerö y Hegedus, acompañados de Kadar viajaron a Belgrado, donde mantuvieron conversaciones con Rancovich.No pasó mucho tiempo para que, desencadenados los disturbios, Gerö fuera arrojado al basurero y Kadar, con la bendición de Jruschov y gracias a los manejos de Mikoyan y del ideolólogo revisionista Suslov, fuera inflado y promovido a primer secretario.

Entretanto Imre Nagy, salido de su agujero, tomó el Poder, lanzó el grito de triunfo, proclamó la «democracia», y Tito estaba en el paroxismo de la victoria.La reacción llegó al Poder, el banditismo afluyó desde fuera, los partidos de la burguesia, fascistas, horthystas, clericales, fueron reconstituídos. El imperialismo infestó el país de espías, a la vez que introducía grandes cantidades de armas desde Austria.La Radio Europa Libre azuzaba día y noche la contrarrevolución, hacía llamamientos al derrocamiento y la total liquidación del regimen socialista.Hungría tenía ya anteriormente sus puertas abiertas para espías disfrazados de turistas.

Cuando a nuestro regreso de China pasamos por Budapest en octubre de 1956, los mismos miembros del Buró Político del Partido de los Trabajadores Húngaros, nos dijeron que «estos últimos tiempos Hungría ha sido visitada por 20000 turistas». Como les advirtiera que esto era peligroso, me respondieron : «bien, pero obtenemos nuestros ingresos en divisas». Después de la caída de Rakosi, sobre todo en los tristemente famosos días de octubre, se abrieron las puertas a los horthistas, a los barones y condes, a los ex señores y opresores de Hungría.Esterhazy se instalaba en pleno Budapest y telefoneaba a las embajadas para comunicarles su intención de ponerse a la cabeza del gobierno. Mindszenty, que ya había sido excarcelado , entraba en su palacio acompañado de la «guardia nacional» y bendecía a la población. Los viejos partidos, partidos de propietarios , de campesinos, de socialdemocrátas, de católicos, que se reinstalaron en sus antiguas sedes y sacaron sus periódicos, se reanimaron como los gusanos en las llagas pestilentes. Nagy y Kadar entraron a formar parte en el gobierno. La contrarrevolución englobó a toda la capital y se propagaba por toda Hungría.

Como nos contó más tarde nuestro embajador en Budapest, enfurecidas multitudes de contrarrevolucionarios se dirigieron inicialmente a un monumento de bronce erigido a Stalin en una plaza de Budapest, que todavía no había sido abatido.Tal como antaño los escuadrones de Hitler, que arremetían contra todo lo que era progresista, los horthystas y demás escoria de Hungría se lanzaron furiosamente sobre el monumento de Stalin y trataron de arrancarlo.No pudiendo derribarlo ni siquiera con la ayuda de sirgas de acero que tiraba un potente tractor, los bandidos acabaron su trabajo haciendo uso de sopletes. Su primer acto era simbólico:abatiendo el monumento de Stalin pretendían decir que iban a destruir todo lo que el socialismo, de dictadura del proletariado, de marxismo-leninismo había quedado en Hungría .

Las destrucciones, los asesinatos, la confusión invadieron toda la ciudad.

Jruschov y Suslov vieron que el «pájaro sarnoso » Imre Nagy se les escapó de las manos.Este traidor, en el que Moscú cifraba sus esperanzas cual ahogado que para salvarse se agarra a sus cabellos, dejó ver, cuando se desbordaba la ola de furor contrarrevolucionario, su verdadera catadura, dio a conocer su programa reaccionario e hizo declaraciones públicas sobre la retirada de Hungría del Tratado de Varsovia.El embajador soviético en Hungría era un tal Andropov, un hombre de la KGB, que posteriormente ocupó un alto cargo y jugó un papel infame también contra nosotros. Este agente, que se hacía pasar por embajador, se vió cercado por la contrarrevolución desencadenada. Sin embargo, aún cuando los acontecimientos contrarrevolucionarios se sucedieron abiertamente, aún cuando NAGY llegó a la cabeza del gobierno, los soviéticos todavía le daban su respaldo, esperando, por lo visto, mantenerlo bajo control. En aquellos días, después de una primera intervención truncada del ejército soviético, Andropov le decía a nuestro embajador en Budapest :

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—-No podemos calificar de contrarrevolución a los insurrectos, porque entre ellos hay también personas honradas.El nuevo gobierno es bueno y es necesario mantenerlo para estabilizar la situación.

—-¿Como te parecen los discursos de Nagy?—le preguntó nuestro embajador.

—-No son malos–respondió Andropov, y cuando nuestro camarada le indicó que lo que se decía de la Unión Soviética no le parecía correcto, aquél le replicó :

—-Hay antisovietismo, sin embargo el último discurso de Nagy no era malo ni tampoco era anti-soviético. Nagy busca mantener contactos con las masas.El Buró Político es bueno y goza de crédito………

Los Jruschovistas.Memorias de Enver Hoxha.Intentos de rehabilitar a los renegados de Belgrado.1948-1957.

Más esta lógica no era sino una lógica anti-marxista y capitalista. Nuestro Partido se opuso con heroísmo al revisionismo jruschovista, como se había opuesto antes al revisionismo yugoslavo, tal y como resueltamente combatía toda otra variante del revisionismo, pero ni se vendió ni jamás se venderá al imperialismo ni a nadie, porque un auténtico partido marxista-leninista, mientras se considere tal y a ello se atenga, jamás puede, sea cuales fueran las condiciones y situaciones en que se encuentre, venderse ni dejarse comprar, sino que sigue resueltamente su camino, el camino de la lucha sin compromisos contra el imperialismo, el revisionismo y la reacción.

Por eso, incluso si la dirección yugoslava hubiera sido condenada injustamente en 1949, como pretendía Jruschov, no le era permitido bajo ningún concepto pasarse al regazo del imperialismo.Esto era injustificable.El hecho de que aquella hubiese reforzado los puentes que la ligaban al imperialismo y la reacción, mostraba por el contrario, a más y mejor, la gran razón que asistía a Stalin, al Partido Comunista de la Unión Soviética, al Kominform, a nuestro Partido y a los demás partidos cuando desenmascararon y la condenaron.

Pero Nikita Jruschov, consecuente en su decisión de rehabilitar a los revisionistas de Belgrado, acusaba en su carta al Kominform, naturalmente sin citar su nombre, de que en 1948 y 1949 «no había aprovechado por completo todas las posibilidades…., no se había esforzado en arreglar las cuestiones que habían quedado pendientes y los desacuerdos», cosa que, según él, «habría evitado el paso de Yugoslavia al campo del enemigo».Nikita Jruschov, en la carta que nos entregó, llegaba a acentuar abiertamente que «muchas de las cuestiones que sirvieron como fuente de desacuerdos, entre el Partido Comunista de la Unión Soviética y l Partido Comunista de Yugoslavia…, no constituían razones serias de discusión, o bien, que incluso los malentendidos que habían aparecido, podían haberse allanado». ¡Tito y la dirección Yugoslava no habrían podido esperar nada mejor ! Jruschov borraba de un plumazo los grandes problemas de principio que habían estado en la base de la lucha contra el revisionismo yugoslavo, los calificaba de «motivos poco serios» y de «malentendidos», pedía, así, perdón a los traidores, que ¡habían sido atacados por simples menudencias !

Pero ¡quienes eran responsables de estos «malentendidos» ? Jruschov en su carta no atacaba por su nombre ni al Kominform ni a Stalin, ni al Partido Comunista de la Unión Soviética, ni a los demás partidos que se mostraron solidarios con las decisiones que en 1949 había tomado el Kominform . Al parecer, juzgaba que era demasiado pronto para lanzarse a estos ataques.Entonces se descubrió a los «culpables»: ¡por parte soviética, Beria, quien había provocado con sus actos «un descontento justificado en la dirección yugoslava», mientras por parte de los yugoslavos, Gilas (al que Tito había condenado entre tanto), que «propagaba abiertamente concepciones liquidacionistas», y era «un batallador activo de la orientación Yugoslavia hacia los países occidentales, etc !

Así, pués, el problema, según Jruschov, se revelaba muy sencillo: en la base de la ruptura con Yugoslavia no existían verdaderos motivos, sólo pretextos: «les hemos molestado sin razón, los culpables ya han sido descubiertos : Beria entre nosotros, Gilas por su parte.Ahora las dos partes hemos condenado a estos enemigos, así que no nos queda más que abrazarnos, reconciliarnos y olvidarnos el pasado….».

Este saltimbanqui ataba y desataba las cuestiones con la mayor facilidad.Pero nosotros, comunistas albaneses, que llevábamos más de diez años luchando golpe por golpe contra la camarilla traidora de Belgrado, que habíamos experimentado y enfrentado audazmente sus infamias, no estábamos ni podíamos jamás estar de acuerdo con esta manera de arreglar el problema yugoslavo. Pero era todavía el año 1954. El ataque contra Stalin aún no se había desencadenado abiertamente, ninguna crítica le era formulada todavía abiertamente, Jruschov continuaba haciendo uso de una demagogia muy refinada y habilmente enmascarada, la Unióm Soviética todavía conservaba ante nuestros ojos los colores, aunque macilentos, de la época de Stalin.Por otra parte, en esta carta, que nos impresionó profundamente, Jruschov juraba que hacía todo esto «por el bien del marxismo-leninismo y del socialismo «, que la dirección soviética y los otros partidos hermanos, en este nuevo enfoque de la cuestión yugoslava, no tenían otro fin que «frustrar los planes de los imperialistas norteamericanos e ingleses y aprovechar todas las posibilidades para fortalecer su influencia sobre el pueblo yugoslavo..», «ejercer una influencia positiva sobre la clase obrera yugoslava»,e etc.Añadía asimismo que los esfuerzos de la parte soviética y de los demás partidos y países de democracia popular iban a significar un nuevo paso para verificar «en que medida los dirigentes yugoslavos están dispuestos y decididos a seguir la vía del socialismo…»

LOS JRUSCHOVISTAS. Memorias de Enver Hoxha. La estrategia y la tactica de Jruschov a nivel interno de la Union Sovietica.

LAS RAÍCES DE LA ESTRATEGIA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA. LAS ETAPAS QUE ATRAVESÓ JRUSCHOV PARA USURPAR EL PODER POLÍTICO E IDEOLÓGICO.LA CASTA JRUSCHOVISTA ENMOHECIÓ LA ESPADA DE LA REVOLUCIÓN. ¿QUE SE OCULTABA DETRÁS DE LA «DIRECCION COLECTIVA» DE JRUSCHOV ‘? JRUSCHOV Y MIKOYAN, CABEZAS DEL COMPLOT CONTRARREVOLUCIONARIO.EL VIENTO DEL LIBERALISMO SOPLA EN LA UNIÓN SOVIÉTICA.JRUSCHOV Y VOROCHILOV SE EXPRESAN ABIERTAMENTE CONTRA STALIN. JRUSCHOV ERIGE SU PROPIO CULTO.LOS ENEMIGOS DE LA REVOLUCIÓN SON PROCLAMADOS «HÉROES» Y «VICTIMAS».

Una de las orientaciones principales de la estrategia y de la táctica de Jruschov a nivel interno de la Unión Soviética, consistía en tomar totalmente en sus manos el poder político e ideológico y poner a su servicio el ejército soviético y la seguridad del Estado.

Para realizar este objetivo el grupo de Jruschov debía actuar por etapas.En un principio no atacaría frontalmente el marxismo-leninismo, la edificación del socialismo en la Unión Soviética y a Stalin.Por el contrario, éste grupo se apoyaría en las realizaciones alcanzadas, incluso las exaltaría lo más posible, para sentar el crédito y suscitar una situación de euforia, con el fin de poder más tarde llegar a minar la base y la superestructura socialistas.

En primer lugar, este grupo renegado tenía que apoderarse del partido, a fin de aniquilar la posible resistencia de aquellos cuadros que no habían perdido la vigilancia revolucionaria de clase, neutralizar a los vacilantes y atraerlos a sus filas por medio de la convicción o de las amenazas y al mismo tiempo promover a los puestos clave de dirección a los elementos nocivos, anti-marxistas, arribistas, oportunistas, elementos que, naturalmente, no faltaban en el Partido Comunista de la Unión Soviética y en los aparatos del Estado soviético.

En el Partido Comunista de la Unión Soviética, al salir de la Gran Guerra Patria aparecieron ciertos fenómenos negativos. La situación económica difícil, las devastaciones, las destrucciones, las grandes pérdidas humanas que tuvieron lugar en la Unión Soviética, exigían una movilización total de los cuadros y las masas para asegurar la consolidación y el progreso del país.Pero en lugar de esto se vió un envilecimiento del carácter y de la moralidad de muchos cuadros.Por otra parte, con su presunción ostentosa por las gloriosas batallas ganadas, con sus condecoraciones y privilegios y muchos otros vicios y concepciones erróneas, los elementos magalómanos despojaban al partido de su vigilancia, lo carcomían desde dentro. En el ejército se creó la casta que extendió su dominación brutal y arrogante también al partido, desnaturalizando su carácter proletario.La casta enmoheció la espada de la revolución que debería ser el partido.

Pienso que en el Partido Comunista de la Unión Soviética, ya antes de la guerra, pero de modo particular después de ésta, se debieron observar signos de una apatía condenable.Este partido gozaba de gran renombre, había logrado también grandes éxitos en su camino, pero al mismo tiempo había comenzado a perder su espíritu revolucionario, y el burocratismo y la rutina lo estaban contaminando.Las normas leninistas, las enseñanzas de Lenin y de Stalin habían sido convertidas por los APARATCHIKS en fórmulas y slogans resobados y sin valor para la acción.Gran país era la Unión Soviética , el pueblo trabajaba, producía, creaba.Se decía que la industria se desarrollaba con los ritmos requeridos, que la agricultura socialista progresaba, pero este desarrollo no era del nivel deseado.

No era la línea «errónea» de Stalin la que frenaba el progreso, al contrario, esta línea era correcta, marxista-leninista , pero a menudo era mal aplicada, incluso deformada y saboteada por elementos hostiles.La justa línea de Stalin era deformada también por los enemigos camuflados en las filas del partido y en los organismos del Estado, por los oportunistas, liberales, trotskistas, revisionistas, como eran , y salieron abiertamente más tarde, los Jruschov, los Mikoyan, los Suslov, los Kosiguin, etc.

Jruschov y sus íntimos colaboradores en el putsch, ya con anterioridad a la muerte de Stalin, se contaban entre los más altos dirigentes que actuaban bajo cuerda preparando y esperando el momento propicio para una acción abierta y a gran escala. De hecho, todos estos traidores eran conspiradores avezados en la experiencia de los diversos contrarrevolucionarios rusos, en la experiencia de los anarquistas, trotskistas, bujarinistas. Conocían también la experiencia de la revolución y del Partido bolchevique, más de la revolución nada de bueno habian aprendido, sólo aprendieron aquello que necesitaban para minarla y minar el socialismo, escapando a los golpes de la revolución y la dictadura del proletariado.En una palabra, eran contrarrevolucionarios y elementos de doble cara en sus acciones. Por un lado dedicaban alabanzas al socialismo, a la revolución, al Partido Comunista Bolchevique , a Lenin y Stalin y, por el otro, preparaban la contrarrevolución.

Toda esta zupia acumulada saboteaba, pués, valiéndose de los métodos más sutiles, los cuales enmascaraba con elogios a Stalin y al régimen socialista.Estos elementos desorganizaban la revolución organizando la contrarrevolución, se mostraban «severos» contra los enemigos internos para difundir el miedo y el terror en el partido, en el Poder y en el pueblo.Eran siempre ellos los que rendían cuentas a Stalin de una situación de euforia que creaban artificialmente, más en realidad socavaban la base del partido, la base del Estado, degeneraban los espíritus y elevaban por las nubes el culto a Stalin, a fin de poder derrocarlo más fácilmente mañana.

Esta era toda una actividad hostil y diabólica que había agarrado por el cuello a la Unión Soviética, al Partido Comunista de la Unión Soviética y a Stalin, que, tal como vendrían a mostrar los hechos históricos, estaba rodeado de enemigos.Casi ninguno de los miembros del Presidium y del Comité Central levantó su voz en defensa del socialismo y de Stalin.

Si se procede a un minucioso análisis de las directrices políticas, ideológicas y organizativas de Stalin en la dirección y la organización del partido, de la lucha y del trabajo, no se encontrará en general ningún error de principios, más si tenemos en como estas directrices eran deformadas por los enemigos, y cómo eran puestas en práctica, veremos las funestas consecuencias de estas deformaciones y aparecera por que el partido comenzó a burocratizarse, a dejarse invadir por el trabajo de rutina, por un formalismo nefasto que lo paralizaban, que sofocaban su espíritu y su ímpetu revolucionario. El partido se iba cubriendo de un espeso moho, caía en la apatía política, pensando erróneamente que sólo la cabeza, la dirección, actúa y resuelve todo.Una concepción semejante creó una situación en que por todas partes y ante cualquier problema se decía «esto concierne a la dirección», «el Comité Central es infalible», «esto lo ha dicho Stalin y se acabó»…, etc.Puede ser que muchas cosas que Stalin no dijera, eran encubiertas con su nombre.Los aparatos y los funcionarios se hicieron «todopoderosos», «infalibles», actuaban en la vía burocrática bajo las formulas del centralismo democrático, de la crítica y la autocrítica bolcheviques , que en realidad ya no eran bolcheviques.Así pués, no hay duda de que el Partido Bolchevique había perdido su vitalidad de antaño.Este partido vivía con formulas correctas, pero sólo eran fórmulas; aplicaba , pero había perdido toda iniciativa; los métodos y las formas de trabajo que se utilizaban en la dirección del partido arrojaban un balance opuesto a los resultados esperados.

En estas condiciones, las medidas administrativas burocráticas empezaron a predominar sobre las medidas revolucionarias.La vigilancia ya no era operante, porque tampoco era ya revolucionaria, a pesar de que a son de trompeta se la declarase como tal. De una vigilancia de partido y de masas, se convertía en una vigilancia de los aparatos burocráticos y se transformaba de hecho, aunque no enteramente desde el punto de vista de las formas, en una vigilancia de la seguridad del Estado, de los tribunales.

LA «AUTOGESTIÓN» YUGOSLAVA, TEORÍA Y PRACTICAS CAPITALISTAS.

EXTRACTOS DEL lIBRO DE ENVER HOXHA CRITICANDO LAS CONCEPCIONES DE KARDELJ.

#2. Es un hecho innegable que los pueblos de Yugoslavia combatieron.Yugoslavia, del mismo modo que Albania, hizo enormes sacrificios.Los dirigentes anti-marxistas yugoslavos especularon con esta lucha.Explotaban ante la opinión pública interior y exterior,la apreciación que hacía la Unión Soviética de Yugoslavia quien la consideraba su aliado en el camino marxista-leninista del socialismo.

En sus relaciones con los estados de democracia popular recien creados, los titistas no tardaron en mostrar tendencias a la dominación , expansionistas y hegemonistas, que se manifestaron en todo, pero en particular en sus relaciones con nuestro país.Como sabemos, intentaron imponernos sus anti-marxistas concepciones políticas, ideológicas, organizativas y estatales.Llegaron al extremo de hacer infames tentativas por hacer de Albania una republica de Yugoslavia.En esta fracasada vergonzosa empresa, los titistas chocaron con nuestra resuelta oposición.En un comienzo nuestra resistencia no estaba cristalizada, pués no sospechábamos que la dirección yugoslava se hubiera encauzado por el camino capitalista y revisionista.Pero al cabo de varios años; cuando sus tendencias hegemonistas y expansionistas se manifestaron claramente, nos opusimos a ella de manera categórica y sin ninguna reserva.

Los titistas intentaron imponernos su voluntad, recurriendo a las más diversas presiones y chantajes.Con este fin organizaron, entre otros, el complot de Koci XoXe (Ex-secretario de organización del CC del Partido Comunista de Albania y ex-ministro del interior.A comienzos del verano de 1943 fué reclutado como agente al servicio de los yugoslavos.Desarrolló celosamente su actividad de espionaje, anti-albanesa y anti-marxista, hasta que fué descubierto y recibió la merecida condena).Esta misma práctica imperialista, aunque en menor medida, la aplicaron también con los demás países como Bulgaria, Hungría y Checoslovaquia.Todos estos vituperables actos demostraron claramente que Yugoslavia no seguía el camino del socialismo, sino que se habia convertido en un instrumento del capitalismo mundial. Cada día que transcurría se hacía más evidente que en Yugoslavia no se estaba construyendo una sociedad socialista de tipo leninista, sino que se estaba desarrollando el capitalismo.No obstante, los pasos que se daban en este camino capitalista eran enmascarados con la supuesta búsqueda de una forma específica de «socialismo».Y precisamente con este fin, la dirección revisionista yugoslava encabezada por Tito, Kardelj y Rankovic, en sus esfuerzos por legalizar en alguna medida «teóricamente» su traición, tomó de prestado las más diversas ideas del arsenal de los viejos revisionistas y consolidó así por todos los medios su estado de tipo fascista.El ejército, el Ministerio del Interior y la UDB se hicieron todopoderosos.

Aunque estaba instaurando el capitalismo, la dirección revisionista yugoslava intentaba crear en las masas populares la idea de que en Yugoslavia no estaban siendo traicionados los objetivos de la lucha, que allí existía un estado de orientación socialista , en cuya dirección se encontraba un partido comunista que defendía el marxismo y que, precisamente porque actuaba así, había chocado con la oposición de la Unión Soviética, de Stalin, de los partidos comunistas y de los países de democracia popular .

A fin de defender sus posiciones bastante tambaleantes como consecuencia de su desenmascaramiento ante la opinión pública interna y el movimiento comunista y obrero internacional, los titistas, siguiendo su engañosa política, anunciaron que emprenderían «serias» acciones para edificar el socialismo en el campo, colectivizar la agricultura según los principios leninistas, constituyendo para ello las llamadas zadrugas.Para dar una idea de los serias que eran las intenciones de los renegados titistas de construir el socialismo en el campo, basta recodar que las zádrugas fueron suprimidas incluso antes de terminar de crearse y que en el campo yugoslavo no ha quedado ni el menor rastro de la colectivización.

Hasta 1948, cuando se produjo la ruptura definitiva entre la Unión Soviética, los países de democracia popular y el movimiento comunista internacional, por un lado , y Yugoslavia, por el otro, esta última se encontraba en la fase inicial del capitalismo caótico, en una situación de desbarajuste político, ideológico y económico extremadamente grave.Esto empujó al grupo de Tito-Kardelj-Rankovic a actuar más abiertamente, a aproximarse más al capitalismo mundial, sobre todo al imperialismo norteamericano, con el fin de conservar el poder y tranformar la situación en su favor.

Después de 1948 , Yugoslavia, sumida en una grave crisis política, ideológica y económica, debido a la desviación marxista de su dirección, se encontró en una encrucijada.Los renegados titistas pretendían estar sentados por así decirlo , en dos «sillas».En la «silla» del marxismo-leninismo, querían estar sentados sólo por apariencia, por pura fórmula, mientras que en la otra «silla», la capitalista-revisionista, querían arrellanarse bien, pero para ello necesitaban cierto tiempo.El período posterior a 1948, es un período turbulento y sacudido con violencia por la gran crisis, por el desorden y la confusión.

Ante el grupo renegado Tito-Kardelj-Rankovic se planteaba el problema de cómo conservar el poder y reprimir toda la resistencia del proletariado y de los pueblos de Yugoslavia, que habían luchado por el socialismo y en completa amistad con la Unión Soviética y los países de democracia popular.Con este fin los revisionistas yugoslavos se empeñaron en primer lugar liquidar lo poco de marxista-leninista que hubiera podido subsistir en su partido y convertir a éste en un instrumento de su ideología y de su política burgués-revisionista, privarle de toda función dirigente y hacer de la clase obrera una masa inerte, que no fuera capaz de ver la traición y reaccionar como la fuerza política decisiva de la revolución.Las normas del centralismo democrático en el partido fueron violadas.El partido fué situado bajo la dependencia de la UDB , que fué utilizada por los titistas como medio para reprimir a todos los elementos adversos al viraje regresivo anti-marxista. El partido fué «depurado» de todos los miembros fieles al socialismo.Independientemente de que conservara en apariencia algunas normas concernientes a las elecciones, las reuniones, las conferencias, la dirección burocratica concentró en realidad en sus manos todo el poder de este partido pretendidamente marxista-leninista, lo transformó en un simple ejecutor de sus órdenes y de la Seguridad del Estado.El Partido Comunista de Yugoslavia cambió así radicalmente de aspecto y perdió todo rasgo de partido de vanguardia de la clase obrera, de fuerza política dirigente de la sociedad.Esto constituía una gran victoria para el capitalismo, para la burguesía exterior y del interior.

Para conservar su dominación, los renegados titistas debían suprimir subrepticiamente el poder surgido de la lucha de liberación nacional y constituir un nuevo poder, una feroz dictadura fascista.

En otras palabras, el grupo dirigente Tito-Kardelj-Rankovic emprendió la liquidación de todos los rasgos marxistas-leninistas de la revolución y se lanzó a la busqueda de vías supuestamente nuevas, «socialista», en realidad capitalistas, en el terreno económico, en la política interior y exterior, en la enseñanza y en la cultura , así como en todos los sectores de la vida.En estas circunstancias, los organos de seguridad del estado y el ejército yugoslavos se convirtieron en las armas preferidas y brutales en manos de un puñado de renegados, que procesaba de manera draconiana a todo aquél que osara denunciar la traición.Es así como comenzaron las persecuciones y asesinatos en masa de todos los elementos marxistas-leninistas sanos.Los terribles campos de concentración, entre ellos el de GOLI OTOK, se llenaron de presos y confinados.

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En esta época la situación económica de Yugoslavia era muy grave debido a la ruina económica del país causada por la guerra, a la política disolvente de la dirección yugoslava debido a la suspensión tras la ruptura de todas las relaciones con la Unión Soviética, de las considerables ayudas que Yugoslavia había recibido durante los primeros años posteriores a la liberación, y también porque ya no podía saquear las riquezas de los países de democracia popular, como es el caso de Albania, a través de las sociedades «mixtas» construídas sobre bases no equitativas, que beneficiaban a una sola parte, Yugoslavia.

Naturalmente, los renegados yugoslavos no podían salir de la crisis recurriendo unicamente al terror. Tito y compañia, como agencia del capitalismo mundial instruída tiempo atrás, solicitaron inmediatamente ayuda y, este, sobre todo el imperialismo norteamericano, se mostró enteramente dispuesto a prestarle toda la ayuda y el respaldo necesario con el fin de salvarles el pellejo…Les abastecieron incluso de armas y toda suerte de equipos militares, les ligaron además a la OTAN a través del Pacto Balcánico. (Sobre la base del acuerdo militar entre EEUU y Yugoslavia firmado el 14 de noviembre de 1951, las fuerzas armadas yugoslavas se pusieron de hecho bajo el control del Pentágono.En 1953 se construyo el tratado tripartito de «colaboración y amistad» entre Yugoslavia, Grecia y Turquía , que, en agosto de 1954, se convirtió en pacto militar..).-

#2 .REFLEXIONES SOBRE CHINA. Extracto escrito por ENVER HOXHA.

En el segundo Congreso del Komintern que se celebro del 19 de julio al 7 de agosto de 1920, fueron aprobadas, de conformidad con las enseñanzas de Lenin,las tesis sobre la cuestión nacional y colonial., buen número de las cuales concernían a China. El Congreso adoptó la tesis de que «la revolución en China y en otros países colonizados debe tener un programa que le permita introducir reformas burguesas y sobre todo la reforma agraria», pero remarcó que la dirección de la revolución no debía dejarse en manos de la burguesía democrática; por el contrario, en las resoluciones de este congreso se decía que el partido del proletariado debía llevar a cabo una propaganda fuerte y sistemática en favor de los soviets y organizar lo antes posible los soviets de los obreros y los campesinos.Esta era la línea general del Komintern, que también en China debía ser seguida por el partido.

En general, podemos afirmar que el Partido Comunista de China no desempeñó debidamente, de manera estudiada y sistemática, y en la optica del socialismo científico, su papel en la etapa que atravesaba China.Respecto a esta cuestión había diversas tendencias en el seno de este pequeño partido que se llamaba PCCH., tendencias que no permitieron en ningún momento que se estableciese una línea marxista-leninista correcta y predominasen el pensamiento y la acción marxista-leninista.Estas tendencias iniciales, se manifestaban frecuentemente en los principales dirigentes del partido, a menudo eran de izquierda, algunas veces oportunistas de derecha, otras centristas, e incluso llegaban a ser puntos de vistas anarquistas, trotskistas, burgueses, profundamente chovinistas y racistas.Más tarde, estas tendencias siguieron constituyendo una de las característica distintivas del Partido Comunista de China, que pasó a ser dirigido por Mao Tse Tung y su grupo. Para que este joven partido pudiera desarrollar una lucha sistemática y organizada, bien estudiada y maduramente reflexionada en estas situaciones tan complejas y en un continente tan vasto, donde las ideas de Confucio y el régimen feudal había dejado profundas huellas, por no decir imborrables, los comunistas chinos debian tener una confianza absoluta en el marxismo científico, en Lenin y el Komintern, informarles de forma realista sobre la situación existente en China, con el objetivo de que las desiciones tomadas por el Komintern respecto a China fuesen justas y correctamente aplicadas por los comunistas chinos.

Todo esto a mi entender, y no obstante la buena voluntad de esos neófitos, no fué realizado por el Partido Comunista de China, y pienso que precisamente aquí tienen su origen todas las vacilaciones de izquierda y de derecha que se han producido desde entonces hasta hoy.

Desde la formación del Partido aparecieron dos corrientes:una querian desarrollar una actividad legal y colaborar con los partidos democraticos-burgueses; la otra sostenía el punto de vista de que no había que tener ninguna relación con los otros partidos..Y en general, el partido tomó la desición de aislarse, es decir de observar una actitud hostil hacia todos los demás partidos, incluídos el de Sun Yat-sen, al que acusaba de ser el responsable del caos político.En una carta que Chen Tu-sin dirigía el 7 de abril de 1922 a Voitinsky, delegado del Komintern en China, escribía que los comunistas chinos estaban en contra de la colaboración con el Koumintang, porque sus objetivos eran diferentes.El Komintern se opuso a esta actitud y dió orientaciones al partido para que colaborase estrechamente con el Koumintang.

En el Congreso de los pueblos del Extremo Oriente, el Komintern definió correctamente la línea de colaboración entre el Koumintang y el Partido Comunista de China, así como las tareas que le incumbían a éste en dicho período de la revolución china.El representante soviético sostuvo, igualmente, la idea de que debía apoyarse al Koumintang, en tanto que un aliado que luchaba por la liberación nacional y democrática, por la emancipación nacional, pero al mismo tiempo remarcó que el Partido Comunista de China no debía apoyar a las organizaciones y a los sindicatos que estaban dirigidos por el Koumintang , sino que, junto con las masas proletarias, debía asumir el papel dirigente y luchar por afirmar su influencia entre las masas y crear sus propias organizaciones.»Así, decía el, estimamos que, en esta cuestión, el Koumintang no debe obstaculizar nuestro trabajo; por nuestro lado, colaboraremos sinceramente con el.Por lo tanto hablamos abiertamente.Nuestra tendencia es ésta y, el papel preponderante corresponde al movimiento obrero chino, que debe desarrollarse libremente, no obstante la existencia de la burguesía de tendencias radicales, con sus organizaciones y sus partidos democraticos».

De esta forma este pequeño partido comunista fué apoyado políticamente y ayudado materialmente por el Komintern y la Rusia Soviética, que seguian con atención su actividad entre las masas, y sobre todo entre el proletariado urbano.En este sentido se realizaron rápidos progresos, sobre todo en el plano sindical, mientras que en el plano político los progresos llegaron más tarde, fueron más lentos y comienzan en el año 1925 con el Movimiento del 30 de mayo. El Movimiento del 30 de mayo hizo que en el IV Congreso del Partido se alcanzara un nuevo éxito.La colaboración entre el PCCH y el Koumintang se reforzó y se hizo más estrecha, lo cual influyó directamente en la consolidación temporal de la unidad nacional que se había debilitado , por no decir que había desaparecido, después del año 1911.Esta colaboración dió un nuevo y mayor impulso al Koumintang, pero también el Partido Comunista de China llegó a su IV Congreso con fuerzas multiplicadas.En la VII Sesión Plenaria de la Comisión china del Comité Ejecutivo del Komintern , reunida el 30 de noviembre de 1926, Stalin dijo entre otras cosas que : «…toda la evolución de la revolución china, su carácter, sus perspectivas, señalan de modo indudable que los comunistas chinos deben permanecer en el Koumintang e intensificar su trabajo en él…» La colaboración entre los dos partidos prosiguió hasta 1927.Entonces las cosas se complicaron y no hay por que asombrarse , toda vez que la reacción burguesa siempre es la reacción.Chiang Kai-shek, la burguesía compradora y la gran burguesía china que actuaban en el marco de esta «democracia» china, veían un peligro en el Partido Comunista de China, debido a la influencia que poco a poco y gradualmente se iba ganando entre la clase obrera y el campesinado.De esta forma se llegó a la ruptura, a la separación, y a los enfrentamientos de Cantón en 1926 y de Shanghai en 1927, en el curso de los cuales fueron eliminados un gran números de proletarios y de comunistas.Esto significó un duro golpe para los sindicatos y para el Partido Comunista de China. El PC no ha sabido definir una clara línea marxista-leninista, no sólo en lo que se refiere a su actitud hacia el Koumintang, sino tampoco en su actitud respecto a la clase obrera y al campesinado. En la revolución democratico-burguesa en China, el campesinado desempeñó un papel desicivo, pero esto no significaba que el PCCH debía considerarlo como la fuerza dirigente de la revolución.En las nuevas condiciones existentes esta revolución debía ser dirigida por la clase obrera. Los hombres del Koumintang no eran elementos procedentes del campesinado, sino elementos progresistas procedentes de la burguesía urbana, eran en primer lugar intelectuales a los cuales se habían juntado elementos burgueses reaccionarios, que se esforzarían por impedir que en China se implantaran las libertades democraticas.La burguesía de la nueva republica china se esforzaba por convertir al campesino chino, al campesino pobre, al campesino medio y al campesino rico, en un instrumento suyo, que además les sirviese de apoyo.Es innegable que el campesinado chino era una fuerza revolucionaria.También en la revolución democratico-burguesa francesa, esta clase había presentado los mismos rasgos.A pesar de que en algunos momentos de la revolución el campesinado francés fué sobre todo monárquico, en general se oponía al feudalismo y deseaba liberarse de los agobiantes impuestos, no sólo en dinero, sino también en trabajo servil, que le imponían los feudales franceses, y sobre todo y ante todo, quería obtener la tierra.En China el campesinado era un elemento progresista y revolucionario; estaba contra la monarquía, estaba contra la opresión, contra los «señores de la guerra» y los señores de las provincias, y había que trabajar con el.Como ya hemos dicho, la burguesía, que había hecho la revolución en China, se esforzaría por utilizar al campesinado para alcanzar sus objetivos.En esta situación el PCCH debía ponerse en acción, pero sin caer en las posiciones de la burguesía del Koumintang tanto de la «progresista», como de la reaccionaria.El PCCH debía tener su línea política independiente y esta línea debia basarse en las enseñanzas de Marx y Lenin .

#15.¿Porqué Brasil es un país Imperialista?

EL TRANSPORTE:

También la exportación de capital por parte del imperialismo brasileño se produce en el sector económico del transporte .En relación  con la producción de vehículos pesados, la burguesía imperialista del Brasil controla el mercado brasileño por MarcoPolo , la compañia que produce la mayoría de los camiones en Brasil. Y al igual que en otros sectores clave de la economia imperialista de Brasil, también en este caso los burgueses exportan capital brasileño.En primer lugar,MarcoPolo comenzó a fabricar sus productos fuera de Brasil, en países como Argentina, Colombia y SudAfrica. Con esto, el objetivo de MarcoPolo era «reducir los altos costos de transporte de los productos  desde Brasil a otros países» (de nuevo, la inevitable tendencia  a maximizar las ganancias).Más tarde, MarcoPoco comienzan a exportar, además de sus productos, también Capital:

«MarcoPolo es responsable de más  de la mitad de los autobuses producidos en Brasil y exporta a más de 60 países.(…)En 1997, se comenzó a producir en la Argentina (…)En el 2000, MarcoPolo ha establecido una operación en Mexico, que se ha convertido en una empresa conjunta con Daimler-Chrysler.En el 2001, se estableció en Colombia y Sudafrica » (Tavares, la inversión brasileña  en el exterior , noviembre 2006)

Otro ejemplo de una multinacional imperialista brasileña que está completamente dedicada a la exportación de capital es Embraer, que es actualmente la tercera mayor compañia aeroespacial en el mundo, justo por detrás de Boeing y Airbus. Embraer fué una de las primeras empresas en exportar  capital brasileño a otros países, especialmente a los europeos y EEUU.Recientemente, se ha hecho lo mismo en China, lo que demuestra que la burguesía imperialista del Brasil se esfuerza por mantener  su presencia e influencia en las otras nuevas potencias imperialistas .

«Hoy en día la compañia es el mayor fabricante mundial de aviones comerciales de menos de 110 asientos.(…)Su primera inversión fuera de Brasil estaban en el apoyo técnico y comercial activa en los EEUU y Europa. En la década del 2000, la empresa inició una nueva fase de su expansión internacional, con el objetivo de ampliar su presencia en los mercados de China, EEUU y Europa. En el año 2002, Embraer invirtió en mantenimiento y otros servicios en Nashville, EEUU. En el 2004 estableció una operación de montaje en la Florida, lo que le permite participar en licitaciones realizadas por el Ejercito de los EEUU. En el 2004 adquirirá en Portugal  OGMA -Industria Aeronáutica de Portugal S.A. …dedicada  al mantenimiento de aeronaves» Tavares, la inversión brasileña en el  exterior, noviembre del 2006.

En el caso de Embraer, podemos ver que en su avidéz por las ganancias, la burguesía imperialista brasileña aparentemente ignora el hecho de que el imperialismo estadounidense sea un rival.De hecho, el imperialismo brasileño no le importa que contribuye a las guerras fascistas llevadas a cabo por la clase gobernante de EEUU, ya que aumenta sus propios beneficios. Con el fin de lograr sus propósitos explotadores y sangrientos , la burguesía imperialista brasileña, Embraer utiliza- con ese fin- tener acceso al enorme mercado de las necesidades de la enorme maquinaria militar totalitaria estadounidense. La participación en las «subastas llevadas a cabo por el sector militar de EEUU» es una prueba de ello..

Aporte de la Comintern (S-H)

Influencia occidental en la actual situación política de Sudán

La guerra llevada a cabo por las Fuerzas de Apoyo Rápido comenzó el 15 de abril de 2023 y se acerca a su segundo año sin cesar este mes de abril. Las Naciones Unidas estiman que al menos 12.000 personas han perecido (en febrero de 2024), mientras que las autoridades locales sostienen que la cifra real es sustancialmente mayor, debido a las dificultades para acceder a todas las

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